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Llevan años cantando en la coral de su pequeño pueblo de la provincia de Soria, una localidad de menos de un centenar de habitantes situada en la España Vaciada. Por su imaginación nunca pasó el poder interpretar su repertorio en el mismísimo Vaticano. Ahora, aquello ... que ni tan siquiera soñaron, se cumplirá el próximo domingo 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes. Son los 'chavales' del coro de Fuertearmegil, todos ellos superan de largo las seis décadas y alguno es incluso octogenario. Sufrieron con dureza los efectos de la covid-19, que mermó su formación musical y también las fuerzas.
Como motivación, su director, el arandino Héctor Díez Berzosa, decidió pensar a lo grande e intentar que la coral cantará en el lugar más especial e importante para los intérpretes de música religiosa: en una misa en la Basílica de San Pedro.
«He viajado a Roma con los alumnos en varias ocasiones, siempre he visto que en la Basílica del cantaban corales. La pandemia fue un palo muy gordo y un sufrimiento para la coral, de 25 miembros nos quedamos en 15. Tras casi dos años sin cantar, decidí buscar algo que fuera enriquecedor y, sobre todo, ilusionante», explica Héctor Díez.
Dicho y hecho. Se puso manos a la obra para empezar a cumplimentar todos los trámites necesarios en un periplo que «no ha sido fácil, pero hemos conseguido encontrar el camino». El director del coro afirma que apostó por cantar en el Vaticano porque «nos dedicamos a las misas solemnes en los pueblos de alrededor, y lo más grande para un coro que canta música religiosa es cantar allí».
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En esta línea, añade que solicitaron cantar en alguna de las dos capillas de la Basílica y, finalmente, se les concedió cantar la misa del domingo, en horario vespertino, en el altar central, el situado detrás del baldaquino.
Una decena de miembros del coro de Fuertearmegil vivirán esta experiencia que para muchos de ellos va más allá del canto. «Tenemos cuatro miembros del coro que no han salido nunca de España, ni han cogido nunca un avión». Entre ellos hay alguno que ha superado los 80 años. El director también tiene palabras para aquellos que no acudirán a este viaje tan especial. «Algunos de ellos tenían cargas familiares, a otros les entró el temor por su edad. Es lo que más me entristece, es una pena. Nos acordaremos de ellos».
Para la interpretación en el Vaticano han sumado voces de los coros de El Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz y una cantante del pueblo burgalés de Caleruega, hasta sumar una venta de miembros en total. En Roma interpretarán un repertorio en español, menos una entrada en latín, con música del renacimiento y el clasicismo especialmente. Para prepararse para ese importante momento están ensayando tres días por semana, «estamos a pleno rendimiento porque hasta hace diez días hemos estado inmersos en los conciertos de Navidad».
Héctor Díez lleva más de una década al frente del coro de Fuertearmengil. Llegó a ese pequeño pueblo soriano por su trabajo como profesor del Centro de Educación de Alumnos de San Esteban de Gormaz. «Era profesor por toda la comarca. Antes de 2010, los maestros recorríamos todos los pueblos impartiendo diferentes cursos y talleres. Allí les conocí. En esos tiempos, el que entonces era alcalde de Fuentearmegil, viendo cómo habíamos cantado en la misa de su pueblo apostó porque se formara un coro y aquí estamos», recuerda el director.
El viaje al Vaticano coincide también con una conmemoración importante para Fuentearmegil: el centenario de la creación del Coto Redondo. Un hecho que mejoró las condiciones del pueblo y de los agricultores, impulsado hace un siglo por el Sindicato Católico y de Jesús.
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