El año vitícola está plagado de labores en las que se busca mejorar el desarrollo de la planta para obtener un fruto de la mayor calidad posible. En la Denominación de Origen Ribera del Duero, el viticultor Nacho Rincón trabaja estos días en las tareas ... del segundo despunte de sus viñedos situados en la localidad burgalesa de Moradillo de Roa. Una práctica que, según detalla, tiene varios efectos positivos en la uva.
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El despunte mejora el soleamiento de los racimos y la aireación para evitar enfermedades como la podredumbre gris o el mildiu. Además, facilita el paso de las máquinas de cultivo y los tratamientos. El primer despunte es el más importante; suele hacerse justo antes de la floración, para que la energía producida por las hojas adultas se desvíe y migre hacia las inflorescencias.
Rincón pone el acento en la importancia de estas tareas que realiza cada año. «La máquina despuntadora lo que va a hacer es, con la cuchilla lateral horizontal, dejar todo el viñedo igualado a la altura que queramos, despuntando los pámpanos. Eso va a limitar el crecimiento y vamos a hacer que todo el viñedo crezca de la una manera regular. Con este nuevo despunte, vamos a mejorar el soleamiento de los racimos y la aireación para evitar enfermedades», detalla el viticultor mientras realiza estas labores acompañado de la máquina específica para ellas.
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Hasta llegar a este punto, el viticultor de Moradillo de Roa incide en que ha realizado una serie de trabajos previos que califica como fundamentales para garantizar un fruto de extraordinaria calidad.
«Hemos hecho un trabajo previo de poda en verde, donde hemos dejado la poda de invierno con dos brotes principales. Luego hemos hecho un desniete, eliminando todos los brotes secundarios. Se nos va a quedar toda esta zona despejada, vamos a mejorar maduración y vamos a hacer que enfermedades como el oidio o el mildiu, no afecten tanto», recalca el productor ribereño. Al quitar el exceso de vegetación, también se consigue que disminuya drásticametne el consumo de agua.
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Asimismo, con las labores de despunte, se suprime la extremidad de los sarmientos, evitando el mayor desarrollo longitudinal de la planta que estará más compensada y hará ganar mayor volumen en los racimos. Algo que también propiciará unos sarmientos más uniformes para el próximo año tanto en el grosor como en las yemas.
Más allá de las labores actuales de despunte, el viticultor hace también hincapié en la situación de sequía que se arrastra en la zona de calidad que «parece hacerse crónica». Según la estación meteorológica situada en sus viñedos, «nos falta un cuarto de las precipitaciones del año pasado a esta altura, que fue ya muy seco».
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En este sentido, recalca que el agua que se haya infliltrado durante el ciclo en el suelo «es muy valiosa y debemos protegerla, reduciendo el laboreo y, si es el caso, segando las adventicias y dejándolas de sombreo de la superficie del suelo.
Por su experiencia de años de viticultor, augura una cosecha corta para la campaña 2023 marcada por las afecciones provocadas por las inclemencias climatológicas y la falta de agua. Rincón pronostica también que «este año se vendimiará pronto» y el tempranillo se comenzará a recolectar a mediados de septiembre.
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