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Lleva catorce meses sin cobrar el alquiler y la situación de vulnerabilidad de los inquilinos hace que la justicia descarte el desalojo de su piso en propiedad que necesita utilizar por motivos familiares. Ese es el resumen, a grandes rasgos, de la situación que sufre ... Tere Flores, vecina de Aranda de Duero. Detalla que hace unos años, por motivos de espacio, decidió adquirir un nuevo piso y optó por alquilar el antiguo para obtener una inyección económica como ayuda al pago de la hipoteca. Ahora, ese inmueble situado en la calle Nuño Rasura del barrio de Santa Catalina está ocupado por unos inquilinos que no pagan desde hace más un año y se siente «desamparada» al no encontrar una solución para recuperar su propiedad.
«Cuando empezaron a no pagarme, esperé tres meses porque pensé que era un problema puntual. A partir de ahí, puse directamente una denuncia y cuál fue mi sorpresa que nos viene por parte del juzgado que son vulnerables…. 14 meses después estamos esperando a que pase algo y lo único que pasa es el tiempo», lamenta Tere. Durante estos meses relata que, en primera instancia, necesitó el piso para su hija, quien finalmente optó por buscar otra alternativa a través de un alquiler.
Sin embargo, ahora la necesidad es acuciante porque sus padres, ya de avanzada edad, viven en un pueblo de la Ribera del Duero y «me urge que vengan a vivir cerca, necesito el piso para traerlos porque necesitan atención». Al respecto, insiste en que es una situación incomprensible, ya que «necesito mi piso y no puedo hacer nada, pero la ley los ampara y te lo comes con patatas». Afirma sentirse muy indignada y califica su situación como que «le están robando por ley».
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Natalia Sáez Ursúa
Esta arandina confiesa que ha decidido salir a denunciar su situación a la luz pública al sentirse indefensa y sin una solución viable a corto plazo. Por ello, ha decidido compartir esa situación a través de redes sociales y se muestra «sorprendida» porque varias personas se han puesto en contacto con ella para detallar situaciones parecidas. «Hay gente que me cuenta que le está pasando, otros me comentan que temen que les vaya a pasar, y yo me preguntó que qué está pasando en este país», precisa. Asimismo, indica que se ha puesto también en contacto con los Servicios Sociales municipales para alertarles de esta situación y conocer si pueden dar una solución a sus inquilinos por su situación de vulnerabilidad.
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