El colegio rural burgalés que demuestra que otra forma de enseñar es posible

La organización mundial sin ánimo de lucro Ashoka ha reconocido a este colegio burgalés como uno de los ocho centros educativos españoles que son pioneros, innovadores y rompedores en sus metodologías pedagógicas. El CRA Valle del Riaza se suma así a la red de Escuelas Changemaker de Ashoka. Esta organización fomenta el emprendimiento social y la idea de que todos somos agentes de cambio.

En el caso del CRA Valle del Riaza se ha destacado el aprendizaje con servicio y con proyectos que benefician a la escuela rural y el entorno en el que se ubica. Pedro León, director del colegio, señala que fue Ashoka quien llegó hasta ellos. La organización «nos ha estado espiando sin nosotros saberlo», reconoce Pedro. Ashoka contaba con una base de unos 350 colegios seleccionados en función de las actividades y modelo educativo. El CRA Valle del Riaza ya fue Premio Francisco Giner de los Ríos.

En un momento de la selección, la organización se entrevistó con padres, la presidenta del AMPA, profesorado, alumnos. Además, pasaron el filtro del panel de expertos. «Parece ser que les hemos gustado y nos han seleccionado entre los ocho mejores. Esto nos aporta una satisfacción enorme. Llevamos mucho tiempo intentando hacer las cosas de otra manera, reflejando que otra educación es posible. Estar en esta red de colegios, cuando muchos otros centros hacen las cosas de otra forma también nos da seguridad. Estamos en un rincón de la provincia de Burgos y que llegue hasta aquí una asociación internacional a decir que le gusta lo que haces, es una satisfacción», reconoce el director.

Pero también tendrán más 'trabajo' y contactos. Pedro explica que ya les han escrito desde un centro de Murcia para hacer un proyecto conjunto y de alguna universidad. «Esto sirve para que nos conozcan, aunque somos un colegio pequeño estamos haciendo grandes cosas», añade.

El director del colegio también entiende este reconocimiento como una reivindicación de la escuela rural, «que muchas veces se pone tanto en duda». Pedro hace una firme defensa de la educación rural pero asegura que su modelo educativo se puede implantar en cualquier escuela. «Se nos achaca desde el entorno educativo que con pocos alumnos se pueden hacer más cosas pero no es fácil y esto es una excusa», añade.

Desde hace unos años en este colegio se ha roto con la enseñanza tradicional, con la academicista, la de los libros que se centra en el contenido y no en los alumnos. «Lo primero que hicimos fue quitar los libros de texto. Desde hace años trabajamos por proyectos. Se necesita una tablet para tener una ventana al mundo pero tampoco tenemos libros de texto digitales», explica.

Desde el centro se busca que gran parte de las cosas que se hagan tengan repercusión en el pueblo y el entorno. «Trabajamos una metodología que se llama aprendizaje-servicio. A la vez que hacemos un proyecto con el que los alumnos aprenden, hacemos algo que aporte un beneficio a la comunidad», matiza el director. Un ejemplo es una ruta de senderismo que se realizó para interpretar la flora y la fauna. Además, se señalizó y se elaboraron una serie de pistas para hacerla entretenida. Si se resuelven todas las pistas se puede disfrutar de un regalo en un comercio de la localidad al comprar algo. «Se favorece el turismo y el comercio en la localidad. La acción no será muy grande pero aportamos nuestro granito de arena».

Otro ejemplo reciente. El Ayuntamiento les ha trasladado que tienen un problema con el reciclaje. «Estamos trabajando en un proyecto para sensibilizar sobre la necesidad de reciclar, de no quemar basuras. En este sentido, en el colegio también hay una huerta que trabajan los alumnos, compostamos todo. El colegio es un lugar de experiencia, de experimentar», puntualiza el director.

Como cualquier otro colegio, el CRA Valle del Riaza tiene que cumplir con unos objetivos en cada nivel y trabajar con unos contenidos. Y lo hacen pero se busca que estos contenidos se conviertan en competencias. «Queremos que nuestros alumnos sean ciudadanos competentes. Pueden no saber todos los afluentes del Tajo pero deben saber cómo buscarlo», añade. En estos momentos en los que la desinformación juega un papel tan relevante, en este colegio ya trabajan con ello. «Enseñamos a llegar la información, seleccionarla. No sirve aprender de memoria en un mundo en el que cada vez hay más información. Lo importante es saber seleccionar y cribar la información. Los contenidos están todos ahí y hay que saber diferenciarlos, tratarlos y jerarquizarlos».

Los métodos de evaluación son variados y cambian en función de las metodologías y las carencias que se observen en el alumnado. Igualmente, optan por la autoevaluación o la coevaluación.

Reconoce el director que los alumnos de sexto de Primaria, al pasar a la ESO, sí sufren un cambio brusco y grande en el primer trimestre «pero saben adaptarse, lo han aprendido. Hemos ido controlando con antiguos alumnos su desarrollo y no tienen ningún problema, acaban adaptándose. Es otra fase de la vida y tienen herramientas y destrezas».