El viñedo de Ribera del Duero presenta una semana de adelanto respecto a los que se considera la media de un año normal, a estas alturas del ciclo. En cuanto al estado de las parcelas es «desigual», en una situación marcada por aquellos viñedos que ... han sufrido las consecuencias de las heladas de primavera y el pedrisco de varias tormentas localizadas en puntos concretos de la zona de calidad. En el resto de las parcelas, a casi tres meses para el comienzo de la vendimia, el estado del campo está bien y se aventura que la cosecha será corta, incluso podría situarse por debajo de la del pasado años cuando se recogieron 104 millones de kilos de uva amparadas por la Denominación de Origen.
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«Pasa lo de siempre, donde hace unos días pegó una helada o piedra, ahí se va a reducir la cosecha en el porcentaje que afectase, pero el resto de campo viene muy bien. Temíamos por el cuajado porque esos días de la floración hubo algo de aire y de lluvia. Sin embargo, ha tenido en general muy buen cuajado», explica el director de Experimentación de Ribera del Duero, Alberto Tobes. En cualquier caso, recuerda que hasta la vendimia «falta mucho tiempo», y advierte que habrá que esperar a ver cómo evoluciona este final de ciclo. El adelanto de una semana coincide con la situación vivida el pasado año, ya que en esta misma época de 2022 el estado era similar.
En lo que se refiere a la sequía y la presencia de agua, también tiene una marcada diferencia respecto a las distintas zonas geográficas de esta amplia DO. «Vamos mejor en general. Hay localidades como en la zona de Aranda que hay déficit en cuanto a un año medio, pero hay otras como San Esteban de Gormaz que tiene superávit», precisa Tobes.
Al respecto, añade que de la media de las cinco estaciones meteorológicas que tiene repartidas el Consejo, los datos se sitúan en un año medio porque «los pequeños chapacitos han hecho que no haya ido tan mal, eso sí, donde no ha caído agua, la situación es parecida a la del año pasado».
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En el último informe del estado del viñedo, con fecha 30 de junio, la principal helada de primavera en Ribera del Duero si sitúa el día 17 de mayo con temperaturas de dos y tres grados bajo cero. «En alguna zona, los daños sí fueron de consideración. Los pueblos más afectados fueron: La Aguilera, Quemada, Zazuar, Peñaranda de Duero, Hontoria de Valdearados, Baños de Valdearados, parte de Aranda, Castrillo de la Vega, Fuentelcésped, Hontangas, Gumiel de Izán y Gumiel de Mercado».
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En el estudio se especifica que «la afección fue muy diversa dependiendo de factores como la orientación, la altitud, tipo de suelo... pudiendo ver viñedos con un elevado número de brotes dañados y, sin embargo, en apenas 200 metros, encontrar otros majuelos que no sufrieron apeñas daños».
Constata que los viñedos más afectados han perdido «buena parte de la producción», pero han «salvado la poda de la próxima campaña».En el informe también se alude a las tormentas de pedrisco vividas en Ribera en el mes de junio que «no han afectado a zonas muy extensas», pero han dejado daños en Peñaranda, La Vid, Hontoria de Valdearados, Santa Cruz de la Salceda y Fuentelcésped, entre otros.
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Desde la Asociación de Bodegueros de Ribera consideran que las expectativas son buenas, pero advierten que todavía es pronto para hacer una previsión definitiva. «La cosa va bien, pero es algo preliminar, ya iremos viendo a lo largo del verano, dependemos del tiempo y veremos cómo se va a comportar al final», considera el presidente del colectivo de elaboradores, Iker Ugarte.
Añade que «las heladas de primavera afectaron a la zona desde Aranda hasta Soria de manera irregular, en la misma parcela hay diferentes niveles en cuanto a desarrollo de uva. En el resto está homogéneo, estamos pasando de guisante a cierre de racimos». Asimismo, hace hincapié en que en la zona no afectada la cosecha es «buena» y cree que las lluvias caídas en primavera «han hecho que la planta crezca y lo haga bien».
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En el campo confirman también que hay desigualdad en la situación de las parcelas. «En la misma viña puedes tener muchas diferencias, pero la viña de momento está muy sana.», detalla el viticultor, Daniel Maestre. En general, el sector productor habla de una cosecha corta, incluso por debajo de los 100 millones de kilos y auguran en algunos casos que las inclemencias climatológicas han llegado a tocar el 30% de la superficie.
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