Raquel Romero
Miércoles, 12 de junio 2024, 07:22
Si existe un ejemplo de perseverancia, creatividad, exigencia y pasión en la cocina, ese sería Jorge Luquero. De ser cocinero en un mesón especializado en menús del día situado en Aranda de Duero, su tierra natal, a ser uno de los chefs del mejor restaurante del mundo, 'Disfrutar', en Barcelona, que este año cumple su décimo aniversario.
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«Lo que se hace aquí es único», asegura el arandino, que lleva en el equipo de I+D del reputado establecimiento dos años. En palabras del chef, Disfrutar es un lugar en el que el objetivo final no es solo ofrecer un servicio gastronómico al cliente, sino hacerle vivir experiencias. «La gente busca algo más que comer, busca vivir, sentir», asegura el joven. Y a eso se debe el éxito del restaurante, que cuenta con lista de espera de un año.
En la carta del establecimiento, te puedes encontrar sus dos menús degustación de 290 euros de precio, que han hecho que Disfrutar se convirtiese en el mejor restaurante del mundo este miércoles 5 de junio en los premios 'The World's 50 Best Restaurants 2024', considerados los óscar de la alta cocina.
El establecimiento dirigido por Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas se alza como el primero de la lista frente a otros restaurantes españoles como el Asador Etxebarri, situado en el segundo puesto a nivel mundial, o DiverXO, el restaurante de David Muñoz, que ha logrado ser el cuarto mejor del mundo este año.
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A Jorge Luquero le costó decidir su vocación. «De pequeño quería ser futbolista y cuando crecí quería ser o periodista o fisioterapeuta, las vueltas que da la vida ...», reflexiona el de Aranda de Duero.
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Su madre trabaja de cocinera en el restaurante El Coto de Aranda de Duero y su padre en el Asador de Milagros y ambos han sido quienes inculcaron a Luquero sus primeros conocimientos en este mundo. El haberse criado entre fogones, fue lo que hizo al joven apuntarse al Grado Medio de Hostelería en Soria, aún sin tener claro si lo de ser cocinero iba a ser una profesión para él.
«Yo era un estudiante que aprobaba pero no sobresalía», explica el chef sobre su época en el instituto, un hecho que dio un giro de 180 grados cuando empezó en el grado de hostelería. «Me di cuenta de que era de los mejores de la clase y sin hacer mucho esuerzo», asegura.
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En ese momento, en el que la vida profesional de Jorge se encontraba en un punto de inflexión, fue una anécdota que le contó su madre lo que le hizo darse cuenta al joven de que su verdadera pasión era la cocina. En palabras del arandino, un día, «con cuatro años», su abuela le recogió en el trabajo de su padre y él, agarrado a su mano, le dijo: «Yo de mayor quiero hacer feliz a la gente como lo hace papá».
Jorge empezó sus prácticas como cocinero en el restaurante Baluarte de Soria, que actualmente cuenta con una estrella michelín. Posteriormente, se trasladó a Aranda de Duero, su tierra natal y comenzó a trabajar allí en un restaurante especializado en menús del día y hamburguesas, llamado La Parrilla Donde Aurelio.
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Natalia Sáez Ursúa
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Pero Luquero tenía ansias de crecer y de «comerse el mundo» como cocinero, así que, a sus 21 años, abandonó su hogar y fue a trabajar de forma gratuita a Akelarre, un restaurante de tres estrellas michelín ubicado en Donostia. «Mis tres grandes objetivos siempre han sido trabajar en el País Vasco, Barcelona y Madrid», comenta el chef.
Y así lo hizo. Pasó por las cocinas de Triciclo en Madrid, por las de Compartir en Cadaqués; ambas con una estrella michelín, y, finalmente, tras mucha insistencia y constancia, Luquero logró entrar en el equipo de Disfrutar en Barcelona, actualmente reconocido como el mejor restaurante del mundo. Pasó de ser un seguidor del restaurante a trabajar dentro del departamento de creatividad de este.
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Convertirse en chef del establecimiento hostelero mejor reconocido a niver mundial «es una sensación increíble», explica el de Aranda. «Ver a la gente disfrutar, comer, ver sus caras, las expresiones y la gratitud con la que se van, yo creo que eso para mi es lo mejor de mi trabajo», añade el joven, que asegura estar viviendo un cúmulo de emociones.
Uno de los sueños que Jorge cree estar al «95% seguro» de cumplir es el de tener su propio establecimiento hostelero. Y no se conforma con uno. «Me gustaría abrir tres restaurantes», afirma el arandino. Eso sí, serán de comida japonesa, mexicana y española, que son para el chef «las tres grandes cocinas» por excelencia, ya que forman «una fusión casi perfecta», en sus propias palabras.
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Lo que tiene claro es que no quiere dejar sus raíces de lado y por ello, baraja la posibilidad de regresar a Aranda de Duero en un futuro, donde quiere montar «uno de esos tres restaurantes» que se plantea abrir. «No quiero que ese restaurante juegue a ser el mejor del mundo pero sí que creo que Aranda es un sitio que tiene mucho potencial», zanja Luquero.
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