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Depósitos de vino de una bodega arandina. Susana Gutiérrez
Las bodegas ralentizan el trabajo pero no pueden cerrar por el coronavirus

Las bodegas ralentizan el trabajo pero no pueden cerrar por el coronavirus

Las ventas han empezado a frenarse, debido al cierre de hoteles, bares, restaurantes y a la paralización de cualquier evento de masas

Jueves, 19 de marzo 2020, 18:04

Las bodegas de la Denominación de Origen Ribera del Duero han ralentizado su ritmo de trabajo, pero la gran mayoría no puede cerrar completamente, ya que el ciclo de la vid y la necesidad de cuidar la calidad del producto, ... desde la vendimia, les obliga a mantener un mínimo de actividad a pesar del estado de alarma.

«Hay bodegas que no dependen del viñedo y posiblemente puedan cerrar temporalmente, pero en la Ribera del Duero la gran mayoría tenemos que estar abiertas; en el campo no se puede parar», explica a EFE Iker Ugarte, presidente de la Asociación Empresarial de Bodegas de la Ribera(Asebor).

De hecho, si se viaja estos días por esta denominación de origen se puede comprobar que el paisaje está salpicado de vehículos o tractores esparcidos por las distintas parcelas.

Viticultores y obreros temporales, en solitario o guardando con creces las distancias de seguridad impuestas, terminan las labores de la poda o empiezan a recoger y quemar sarmientos. Después vendrá el arado del suelo.

«Las viñas no pueden quedar abandonadas», dice. De su cuidado depende la cantidad y calidad de la materia prima que se espera recoger dentro de unos meses, si se consigue reducir o parar la pandemia.

«Es una situación complicada, pero esperamos que se vaya solventando», comenta Ugarte. Aunque lo peor, en su opinión, es la incertidumbre. «No sabemos qué hacer y no podemos poner parches porque no se sabe lo que va a pasar de un día para otro», añade.

Algunas bodegas están terminando de embotellar depósitos que tenían pendientes. Otras finalizando el vaciado o llenado de barricas. Se intenta no dejar flecos que puedan afectar a la calidad del vino.

Las ventas sí han empezado a frenarse, debido al cierre de hoteles, bares, restaurantes y a la paralización de cualquier evento de masas. Por su parte, la exportación, si bien no se ha notado mucho hasta ahora, se acusará en los próximos meses, porque la pandemia es mundial y las medidas de contención también, explican los bodegueros ribereños.

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