Secciones
Servicios
Destacamos
La supremacía de los elementos de la naturaleza por encima de la voluntad humana pero creando una unidad armónica entre el hombre y el paisaje que le rodea, es el eje central de la obra fotográfica de la arandina Aída Pascual cuya colección 'Arcadia' se ... expone ahora en el Festival PHotoEspaña de Madrid. Las imágenes que representa son envolventes, las figuras, pequeñas y perdidas, están abducidas en la contemplación de un paisaje hiperbólico, auténtico protagonista de sus encuadres.
Observando sus imágenes pocos podrían imaginar que muchas de sus recreaciones son parajes de la Ribera del Duero, «los paisajes abiertos con las nieblas tan densas y la cencellada no los he encontrado en ningún otro lugar como aquí». Aunque también busca lugares «salvajes» en Asturias, Galicia o Cantabria. Es una enamorada del invierno y de la primavera y lamenta que este año, a causa de la covid-19, no ha podido «aprovechar para avanzar todo lo que hubiese querido» en sus creaciones.
Aída estudió Publicidad y fue durante su licenciatura, que finalizó en 2010, cuando descubrió su pasión por la fotografía. Entonces se especializó en esta disciplina y comenzó a «trastear», como ella misma reconoce, con la fotografía artística y creativa y a «dar rienda suelta» a su creatividad. Sus colecciones, la mayoría abiertas porque, según sus propias palabras «continúo añadiendo trabajos y perfeccionándolos con el paso del tiempo», se han expuesto a través de la galería Lumas en Galeria Lumas en ciudades como Nueva York, Berlín, Ámsterdam, Moscú, Vancouver, Madrid o Melbourne.
De entre todas sus obras, 'Arcadia' es la que más alegrías le ha dado. Ese territorio utópico, recreado a lo largo de la historia por numerosos artistas de todas las disciplinas, es lo que Aída, desde la Ribera del Duero, muestra al resto del mundo con sus fotografías. Lo explica con timidez, poco dada a mostrarse frente a la cámara porque lo suyo, dice, «es estar detrás». Señala que se identifica con la corriente artística del Romanticismo, «suelo leer los cuadernos de viaje de filósofos y pintores del Romanticismo, que reflejaban la naturaleza como un estado de ánimo, como una pasión, conecto mucho con ello», confiesa.
Una fuente de inspiración que se hace notar con toda su fuerza en cada una de las fotografías que realiza. Pero no es la única, «saco ideas de música que escucho, de películas de época, acontecimientos históricos o de ficción o de los cuentos que leía cuando era pequeña», añade.
Entre los pocos elementos que utiliza para sus imágenes se encuentra un camisón de cuando su abuela era joven, prendas y artículos vintage que rescata de personas conocidas y, una verdaderamente especial, el vestido de novia de su madre. «Mis padres suelen hacer de modelos para mí, a veces algunas amigas o familiares, pero procuro jugar con ese misterio, que no se reconozca a la persona y que los trajes sean atemporales», matiza. Profunda conocedora de los encuadres y principios de la pintura romántica, los ha hecho suyos y los plasma a través de su objetivo, en instantáneas de un gusto particularísimo, que es imposible no identificar inmediatamente con su sello.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.