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Han pasado 82 años desde la última suspensión de la tradicional Bajada del Ángel que anuncia la resurrección de Cristo en Aranda de Duero. Hay que retrotraerse hasta la época de la Guerra Civil Española para encontrar un Domingo de Pascua sin que decenas ... de personas se concentren ante la fachada de la iglesia de Santa María, para ver como un pequeño angelito desciende desde las alturas para retirar el manto negro a la Virgen y anunciarle la resurrección de su hijo, soltando al aire unas palomas.
Es más, según los documentos que se guardan en la capital ribereña, ya en el año 1939 se retomó esta tradición tan arraigada en las costumbres arandinas, después de varios años de suspensión marcados por la guerra. Ni razones climatológicas, ni otras de fuerza mayor, han podido con el evento, hasta ahora. Más de ocho décadas después, la crisis sanitaria desatada por el COVID-19, vuelve a marcar un alto en el calendario.
Una situación que ha trastocado las ilusiones de Noa Palomino de Diego. Esta pequeña de cuatro años, era la niña elegida este año por la Cofradía de Las Candelas, organizadora de la tradición, para realizar el papel de Ángel. Tenía ultimados todos los preparativos, traje y corona, y había realizado algunos de los ensayos necesarios para desempeñar esa responsabilidad que tanto la emocionaba. «Llevábamos un año de preparativos, ya el año pasado realizó varios ensayos con Irene, la niña que hizo de angelito, y habíamos hecho alguno más este año en el polideportivo», explica José Palomino, el padre de la pequeña.
«Tenía que salir del huevo, patalear mucho y soltar unas palomas, pero no puedo por el coronavirus, que es malo», añade la pequeña que, con tan solo 4 años, ha asumido muy bien la situación.Respecto a si en un futuro próximo podrá cumplir su sueño, el padre explica que toda dependerá de la cofradía, «porque ya se tiene adjudicado para próximos años a otros niños». En cualquier caso, la familia Palomino de Diego tiene la intención de hacer su propio acto simbólico en el hogar familiar. De esta manera, el domingo de Pascua por la mañana se pondrán sus mejores galas, el traje de angelito incluido, como su particular homenaje.
La Bajada del Ángel es una representación singular que se ha conservado en muy pocos lugares del país, o que la hace cobrar especial interés. En otros tiempos, era un acto más generalizado, que fue desapareciendo paulatinamente y ha pervivido en Aranda de Duero, en Peñafiel (Valladolid) y en Tudela (Navarra). En el caso de Aranda, marca su singularidad, la espectacular fachada de la Iglesia de Santa María, escenario del que sale el huevo que porta al Ángel. El historiador local, Fernando Lázaro, en un estudio sobre esta tradición arandina determina que en su día nació como «una representación de carácter religioso popular, para favorecer el acercamiento de creyentes a actos de culto». En esta línea, «a través de los sentidos se llegaba mejor a los sentimientos de los creyentes, provocando una vivencia apasionada del momento, logrando una fuerza emocional que atraía a los fieles», recoge.
Conocer el origen de la representación en Aranda resulta controvertido, hay diversidad de artículos en los que se remonta su escenificación a la época medieval, otros lo datan dentro de las escenificaciones teatrales de carácter religiosos de la época barroca. La falta de documentación al respecto puede estar basada en la prohibición de este tipo de funciones en el siglo XVIII, para retomarse con fuerza de nuevo a principios del siglo XIX.
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