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Imagen de la Guardia Civil de Burgos durante una operación de rescate de senderistas. Guardia Civil de Burgos
Los rescates de montaña en Burgos regresan a niveles habituales tras el aumento pospandemia

Los rescates de montaña en Burgos regresan a niveles habituales tras el aumento pospandemia

En el año 2021 el turismo de naturaleza creció en Burgos y también los rescates de montaña hasta llegar a los 25. Este 2023 el 1-1-2 ha gestionado cinco avisos de rescates en la provincia

Domingo, 6 de agosto 2023, 20:35

La media de rescates en montaña en la provincia de Burgos es de unos 13 anuales. Pero en el año 2021, después del confinamiento del 2020 debido a la covid-19, el turismo de naturaleza aumentó como opción más fiable para prevenir contagios. Eso se ... notó en el número de rescates de montaña que se atendieron en la provincia de Burgos. Aumentaron hasta los 25 en un año, por encima de la media.

El año 2022 los avisos de rescates en montaña regresaron a lo habitual y descendieron hasta los 14. Este 2023, con datos hasta finales de julio, los avisos gestionados han sido cinco, dentro de la media y de lo que es habitual en la provincia, según datos del servicio de emergencias del 1-1-2.

Los meses de abril y septiembre son los que más avisos y rescates en montaña acumulan. En abril las temperaturas comienzan a subir y la nieve empieza a desaparecer. En septiembre el calor del verano comienza a remitir, pero todavía las temperaturas y los días aguantan para hacer expediciones en la naturaleza. Por ello, estos dos meses son los que más senderistas y montañistas registran y, con ello, también aumentan los rescates.

El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil y el Grupo de Rescate y Salvamento de la Junta de Castilla y León se encargan de acudir a estos avisos que recibe y gestiona el Servicio de Emergencias 1-1-2 de la comunidad. Además, en ocasiones, movilizan a grupos como el Grupo de Rescate Espeleológico y de Montaña (GREM) y su Unidad Canina de Salvamento de Burgos.

Mayor peligrosidad en invierno

Álvaro Martínez, responsable de este grupo, explica que con la llegada del buen tiempo sí aumentan los rescates en montaña en la provincia, «pero los rescates tienen mayor dificultad en invierno por las condiciones meteorológicas. En primavera y verano aumenta el volumen de gente que sale a la montaña y muchos no van preparados», reconoce Martínez.

Martínez y su grupo de rescate están preparados para intervenir en estas situaciones cuando las autoridades les activen. Son un grupo conocido en la provincia y con amplia experiencia. Por su conocimiento de estas situaciones, Martínez desvela que lo que notan es que «la gente no es muy consciente del riesgo. Al ser los días más largos, fuerzan el tiempo y, en ocasiones, eso trae malas consecuencias».

Esto ha sido así desde siempre, no solo tras la pandemia de la covid-19. Pero el año 2021 sí se apreció ese repunte que confirman los datos del Servicio de Emergencias del 1-1-2. «A nosotros también nos llegan en las épocas de más calor y menos lluvias más consultas sobre material y preguntas sobre rutas».

Los rescates más comunes, como recuerda Martínez, son los de grupos de scouts perdidos o de amigos, «no es sacar a una persona accidentada como tal de una montaña, pero hay que actuar pronto para que la situación no derive en una tragedia». Este año, las intervenciones en las que participa el GREM se mantienen dentro de la media.

Álvaro Martínez resalta la importancia en estos casos de la Guardia Civil de Montaña, del apoyo de tener a ese grupo ahí porque, además, «son ellos los que hacen el atestado para que quede constancia de lo que ha ocurrido y de cómo se ha desarrollado la intervención».

Año de la cultura preventiva

Los rescates de montaña fueron el incidente más atendido por el Centro Coordinador de Emergencias de Castilla y León en 2022. Desde la Agencia de Protección Civil y Emergencias se insiste en la importancia de la autoprotección frente a los riesgos.

Por este motivo, este 2023, año de la cultura preventiva, se acercará la cultura de la autoprotección a los municipios más pequeños de Castilla y León dentro del marco del Plan de promoción de la autoprotección.

El servicio que presta el Centro Coordinador de Emergencias no es un motivo de relajación de la obligación que toda persona tiene, según la Ley de protección ciudadana de Castilla y León, de adoptar actitudes y conductas responsables para su seguridad, bienes y el medio natural. Siguiendo una serie de consejos y normas, todos los ciudadanos que salen al campo y la montaña pueden contribuir a que las emergencias no sanitarias atendidas sean el menor número posible.

Aunque desde la Guardia Civil de Burgos se apunta que sí aprecian que «cada día la gente va siendo más prudente y va más preparada. Cuentan con aplicaciones de rutas para no perderse, se descargan mapas sin conexión y, muy importante, la aplicación AlertCops, que facilita la comunicación de los ciudadanos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado». El aumento de la cobertura móvil también ha facilitado los rescates y, sobre todo, la ubicación de las personas.

Un porcentaje muy alto de los accidentes que ocurren en montaña, según se señala desde la Guardia Civil, se deben a fallos humanos que, casi siempre, son evitables. Las principales causas de los accidentes son el desconocimiento del medio, circunstancias meteorológicas cambiantes, la inexperiencia, así como la sobreestimación de las capacidades propias. Hay ciertas causas impredecibles como el mal tiempo, avalanchas, etc. que son inevitables, aunque pueden ser mitigadas con una adecuada prevención.

Prevenciones y actuaciones en caso de accidente

Consejos para prevenir accidentes o mitigarlos

  • Conozca el terreno, de ser posible hágase acompañar por expertos.

  • Acuda en grupo a la montaña pues es peligroso ir solo. Se aconseja un mínimo de 3 personas para moverse en montaña.

  • Procúrese conocimientos de vida y movimiento en montaña: pueden ser adquiridos en los Grupos y Clubes de Montaña que organizan cursos y salidas guiadas.

  • Cuente con equipo suficiente y adecuado a la actividad: siempre hay un equipo mínimo que debemos llevar independientemente de las condiciones meteorológicas (ropa interior de repuesto, prendas de abrigo, gafas, gorra, impermeable, cantimplora, brújula o GPS y cartografía).

  • Mantenga un entrenamiento físico adecuado: el esfuerzo de una ascensión no termina en la cumbre ya que a veces los descensos son tan exigentes como la propia subida. Debemos dosificar nuestras fuerzas. Guarde fuerzas para el regreso. Nunca tenga prisa en la montaña. Si es preciso, hay que saber renunciar. Elija una actividad razonable: no afronte actividades para las que no se encuentra preparado.

  • Informe a los familiares, o bien a las autoridades correspondientes, de los itinerarios o rutas, así como los horarios que piensa seguir.

  • Infórmese de las condiciones meteorológicas: busque la predicción del tiempo más local y más reciente posible.

  • Atienda a la señalización existente, especialmente la de peligro, y respete las prevenciones que se marcan en cada caso.

  • Lleve un medio de comunicación eficaz: teléfono móvil con los números de los puestos de la Guardia Civil más cercanos memorizados en la agenda o el número 062 de los Centros Operativos de Servicios de la Guardia Civil. En muchos macizos de montaña es válida también una emisora con la frecuencia de la Red de Emergencia de Protección Civil (146, 175 MHz.)

  • Procure adquirir conocimientos básicos en primeros auxilios.

Consejos para la práctica del barranquismo

  • En primer lugar debemos contar con una predicción meteorológica fiable. Una tormenta en la cuenca de recepción del barranco mientras estemos dentro aumentará el caudal de agua de forma repentina, lo cual puede arrastrarnos o bloquearnos en el descenso.

  • Obtener información sobre el barranco que vamos a descender (horarios, dificultad, peligros, desniveles, material necesario) y si son necesarias técnicas que no dominamos.

  • Identificar correctamente las vías de escape del barranco por si es necesario abandonarlo por cambio de las condiciones meteorológicas o por otra circunstancia.

  • Algunos barrancos están en cursos de agua con presas que pueden ser abiertas a horas regulares. Debemos informarnos sobre este aspecto por si se evacua agua de la presa mientras estamos en el barranco.

  • Nunca debemos progresar solos por un barranco. Al igual que en montaña el número mínimo ha de ser de tres, máxime si no disponemos de cobertura de teléfono móvil, lo cual en este medio es muy frecuente.

  • Utilizaremos ropa isotérmica (neoprenos) e incluso en verano y con calor llevaremos la prenda superior de manga larga en nuestra saca.

  • Nos equiparemos con casco, calzado adecuado, arnés y cabos de anclaje, descensor y mosquetones de seguridad y llevaremos un silbato y una navaja por si fueran necesarios.

  • La cuerda con la que nos adentraremos en el barranco deberá tener una longitud del doble del rápel de mayor desnivel que tengamos que descender. Además, procuraremos llevar una cuerda suplementaria de socorro.

  • Comprobaremos todos los puntos de anclaje de los que vayamos a rapelar y llevaremos en nuestro equipo material de instalación (burilador, spits, placas y cordinos) por si los mismos no tienen la consistencia adecuada.

  • No realizaremos saltos a pozas sin verificar que las mismas están libres de obstáculos o se forman corrientes de agua peligrosas. De una temporada a otra, pozas que sabíamos que estaban libres de obstáculos pueden haber acumulado piedras.

  • Establecer un código de señales entre los miembros del grupo para poder comunicarse entre el ruido de la corriente de agua.

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