Repoblación en positivo: de Madrid a Belorado para reabrir un bar tras tres años cerrado

El Consistorio de Belorado es de los primeros en contar con esta concejalía para trabajar específicamente en esto, en lograr que las personas interesadas en vivir en un pueblo conozcan que Belorado es una oportunidad y, además, contarán con anfitriones que les ayudan y acompañan en la integración.

«Está yendo muy bien el trabajo de acoger gente. En los últimos diez años Belorado había perdido 291 empadronados, a razón de 29,1 empadronados por año. El primer año en la Alcaldía, en el segundo semestre del 2019, ya llegó una familia de siete miembros», recuerda José María.

El concejal de Repoblación e Integración lleva la cuenta de estos progresos. «En 2019 llegaron siete personas, en 2020 fueron 28 pero se marcharon cuatro y en 2021 se marcharon más, creíamos que sería un año negativo pero, al final, todo lo contrario. Volvemos a estar en positivo. Hay siete niños y siete adultos más en el pueblo. Son unas 43 personas las que han llegado con estos proyectos y trabajo en repoblación», apunta.

El Ayuntamiento de Belorado está en contacto y colabora con diversos proyectos de repoblación como el Proyecto Arraigo, que llegó al pueblo en 2020. Pero también con Vente a vivir a un pueblo, Hola Pueblo y más asociaciones con las que tienen contacto incluida la ONG Accem.

Y todo este trabajo y todas estas cifras tienen caras visibles, ejemplos, historias. Una de ellas es la de Zorayda Estrella Morillo Tabárez. Lleva viviendo en Belorado desde noviembre, apenas un mes, pero asegura que su familia se va a unir en breves a ella porque el recibimiento ha sido positivo y quiere quedarse en este pueblo burgalés.

El Proyecto Arraigo acompaña a familias y personas que quieren vivir en un pueblo para que realicen este cambio. Les ayuda a ponerse en contacto con propietarios de casas en alquiler o venta y, además, les intentan ubicar en un pueblo que encaje con su proyecto de vida, que tenga oportunidades laborales que encajen con los conocimientos y formación de los nuevos moradores. Así llegó Zorayda a Belorado.

Encontró el proyecto por Internet, «estaba harta de vivir en Madrid, estaba agobiada con el ritmo de vida. Busqué por Internet, escribí a Proyecto Arraigo y me contestaron rápidamente y así me ayudaron a dar con este pueblo y a encontrar trabajo. Han sido muy amables», reconoce Zorayda.

Proyecto Arraigo no solo encuentra una casa en un pueblo, busca personas con proyectos que encajen en ese pueblo. Por ello Zorayda, al tener conocimientos y experiencia en hostelería, encajaba aquí donde había disponibilidad de casa y empleo. «La experiencia en este mes está siendo muy buena. La gente es muy amable. No me asusta el campo, me gusta esta vida. Soy de Azua, un pueblo de la República Dominicana».

Zorayda regenta ahora un bar en Belorado que llevaba tres años cerrado. No es solo que ella se haya mudado al pueblo con su nieto y en unos meses lleguen más familiares. Es que ha reabierto un bar cerrado que, además, había sido llevado por tres generaciones de una familia. «Hasta ahora el bar funciona muy bien. Estoy teniendo apoyo de todos los clientes de Julio, que era el anterior gerente y al que le hacía mucha ilusión ver abierto el bar nuevamente», reconoce Zorayda.

El trabajo asienta población, así que José María, el concejal de Repoblación, se muestra satisfecho de que «prácticamente todos los que han llegado tienen trabajo, excepto la última familia que es muy reciente».

La labor del Ayuntamiento es hacer de mediadores. «Hay gente que critica porque piensa que regalamos casas, que damos trabajo y se lo quitamos a otros y no es así. Somos mediadores. Si viene una familia y sabemos que hay casas vacías en venta o alquiler, ponemos a propietario e interesado en contacto. Igual con las ofertas de trabajo. Informamos a los que llegan de que existe esa oferta, pero luego es cuestión de la empresa, negocio...», explica el concejal. Actualmente, una trabajadora del Proyecto Arraigo se encuentra haciendo una labor similar en el pueblo. Son anfitriones.

Zorayda llegó con experiencia en el sector de la hostelería. Acudió antes a Belorado, habló con el anterior propietario del bar y le convenció el local y la vivienda situada arriba. «A pesar de no ser un bar grande ni tener terraza es el bar tradicional del pueblo. Han pasado por aquí varias generaciones y tras tres años cerrado vuelve a abrir sus puertas», explica ilusionado José María.

El concejal señala que este trabajo también tiene otros frutos. Se han percatado que «al dar a conocer estas experiencias y ejemplos, ha tomado vida propia el movimiento y nos llaman con interés por asentarse en el pueblo».