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Imagen de una beldadora antigua con su delicado mecanismo.

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Imagen de una beldadora antigua con su delicado mecanismo. ALBA HERRERO

Recuerdos hechos de madera

Siete años le han valido a Marcial Palacios para recrear al detalle el pueblo de Agés

ALBA HERRERO

Burgos

Sábado, 7 de septiembre 2019, 20:08

Marcial Palacios lleva dedicándose a la artesanía siete años. Y en ese periodo le ha dado tiempo para hacer muchas obras singulares, entre las que destaca una plaza de toros, un futbolín, una bolera, un SEAT 600 y hasta la iglesia de Agés, localidad donde muestra su obra a todo el que quiera. Todo peregrino que recorra el Camino de Santiago tiene que hacer una parada obligatoria en este pequeño museo.

Según nos acercamos al pueblo, vemos a lo lejos a un señor en la puerta de lo que parece una casa vieja. La curiosidad nos acerca para ver en qué anda metido este vecino. Y sí, ahí está sentado en su silla vieja cortando madera con sus herramientas. En la puerta se puede leer: 'Artesanía de los recuerdos'. Muy amablemente nos invita a pasar a verlo.

Nada más entrar en este pequeño museo vemos de frente una réplica de la iglesia de Agés, hecha de madera y al detalle. Levantamos la vista y observamos la cantidad de utensilios de labranza en miniatura que hay en esta vieja casa. Eso sí ,todos los objetos que hay llevan su correspondiente nombre al lado para saber de qué se trata cada uno.

Desde aperos de labranza, pasando por las escuelas, el horno, la bolera, el ayuntamiento, la fuente del pueblo o el lavadero donde, según Palacios, «se arreglaban el 80% de los asuntos del pueblo», son algunas de las réplicas de los edificios más emblemáticos del pueblo. Pero eso no es lo más sorprendente. Al entrar ya nos había avisado de que no podíamos abrir ninguna puerta.

Pues bien, él mismo nos lo iba a descubrir. Cada uno de estos lugares guarda un secreto y es que al abrir una pared lateral o el tejado dentro estaba lo mejor. En la fragua se podía apreciar el fuelle de cuero para avivar el fuego, los martillos o las tenazas para trabajar el hierro e incluso el delantal colgado detrás de la pared. En las escuelas, los pupitres. En el ayuntamiento, la sala de plenos. Y en el bar, la barra con su botas de vino, vasos y demás.

Sorprende que haya hecho todo esto en siete años. Porque verdaderamente todo lleva un trabajo muy laborioso. El mismo Palacios nos confiesa que «si algo no está al detalle lo tiro a la gloria». Seguimos haciendo un repaso de todas las piezas que tiene en su pequeño gran museo y nos detenemos en una beldadora, también conocida como aventadora, una máquina para separar el trigo y la cebada de la paja. Podría funcionar perfectamente si quisiésemos hacer una prueba, ya que además de estar hecho todo el mecanismo con madera también hay muelles y cables para su funcionamiento.

Otra de las piezas que destaca es el futbolín, con sus jugadores, sus mandos, las bolas y el recorrido que hacen cuando metes un gol y caen al cajón. Tampoco podemos dejar de mencionar el mítico '600' con el que muchas familias -numerosas- iban de vacaciones y se recorrían media España. Eso sí, este bastante moderno con asientos reclinables.

Podríamos seguir descubriendo un sinfín de maravillosas obras de arte hechas con madera y sobre todo, con el ingrediente que le da este valor único, la dedicación, pero merece la pena darse una vuelta por este pequeño museo del señor Marcial Palacios en Agés para recordar y aprender cómo era la vida en el pueblo y recrear muchos edificios que hoy en día están inutilizados.

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