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El relevo se ha tenido que producir a pie. BC
Raquetas y esquíes para un relevo a pie en la base militar de Lunada, aislada por la nieve

Raquetas y esquíes para un relevo a pie en la base militar de Lunada, aislada por la nieve

La nieve caída en las últimas jornadas en Espinosa de los Monteros ha vuelto a dejar prácticamente aislado al Escuadrón de Vigilancia Aérea EVA 12 | Son la única unidad de las Fuerzas Armadas que padece este tipo de situaciones, aunque se encuentran perfectamente preparados

Viernes, 8 de enero 2021, 08:24

El norte de Burgos ha estrenado el año con nieve, mucha nieve. Luego, han llegado las fuertes heladas y, ahora, la nieve se ha congelado a la espera del próximo temporal, que se anuncia para este fin de semana. Los paisajes blancos son espectaculares, pero ... la nieve siempre trae complicaciones bajo el brazo y, una vez más, la base militar de Lunada ha quedado aislada. Los efectivos del Escuadrón de Vigilancia Aérea EVA 12 han tenido que retrasar el relevo ante la imposibilidad de acceder a las instalaciones, que se encuentran totalmente cubiertas por la nieve.

«La base militar está tapada hasta el tejado de nieve y hielo», explica el comandante Carlos García, responsable del escuadrón, uno de los que tiene el Ejército del Aire para la vigilancia y el control del espacio aéreo español. La nevada caída en estas últimas jornadas ha sido especialmente intensa. «Según dicen las gentes del lugar, de las más copiosas que han visto en muchos años», explica el comandante. Se ha acumulado mucha nieve, ha habido ventiscas e, incluso, alguna avalancha. Y «la nieve es nieve para todos», así que no solo ha afectado a municipios sino también a la base militar.

Imagen principal - Raquetas y esquíes para un relevo a pie en la base militar de Lunada, aislada por la nieve
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El día de Reyes, un helicóptero llegó a Espinosa de los Monteros para realizar el oportuno relevo de personal. Sin embargo, no fue posible. A la nieve acumulada, en polvo, que es más inestable, se le sumó mala visibilidad y vientos racheados, «todos los ingredientes para que una misión aérea se aborte», afirma el comandante. Así que los militares se pusieron manos a la obra para abrir un acceso, al menos peatonal, hasta la base militar. Desde mediodía del 6 de enero estuvieron trabajando, en varios turnos, para limpiar la carretera, la BU-572, que llega al puerto de Lunada.

Un trabajo duro que incluyó la noche, con unas mínimas de 15 grados bajo cero, «pero en calma», apunta Carlos García, lo que hacía «soportable» un frío que «congela todo». Aun así, el trabajo dio sus frutos y al menos el relevo se ha podido llevar a cabo. Eso sí, ha sido a pie, a base de raquetas y esquíes. A las nueve de la mañana de este jueves subió el relevo, unas dos horas y media de caminata, y a continuación bajó el equipo de Lunada. Era el momento para hacerlo, reconoce el comandante, pues había que aprovechar la ventana meteorológica.

Unidad única y especial

El comandante recuerda que ellos se encargan de mantener el ramal de acceso, pero la limpieza de la carretera le corresponde a la Junta de Castilla y León. Y para evitar que la base militar se quede aislada, como ocurre todos lo inviernos, debería mantener limpia la BU-572. Sin embargo, no es así. Se priorizan otras labores de limpieza, en acceso a municipios y ganado, que «es comprensible», de modo que en el escuadrón ya están acostumbrados. Lo vivido estos días forma parte de la «rutina habitual del invierno», lo tienen asumido y están perfectamente preparados. «En términos coloquiales podríamos hablar de la hormiga y la cigarra», apunta, pues revisan equipos, garantizan suministros y provisiones, cuentan con conexiones y comunicaciones.

Vídeo.

Sin embargo, Carlos García reconoce que ni la situación es deseable ni siquiera se trata de un problema compartido con otras unidades del ejército español. «El EVA 12 es la única unidad de las Fuerzas Armadas que en invierno tiene permanentemente esta situación», explica el comandante. «En ninguna unidad, para ir a trabajar por la mañana tienen que meterse dos kilómetros de raquetas antes de empezar a trabajar», se lamenta. Y eso hace que el EVA 12 sea «una unidad especial», admite, que funciona muy bien gracias al «excelente equipo» que la compone.

El comandante afirma que el Escuadrón de Vigilancia Aérea es «una gran desconocida por su ubicación geográfica; la labor que realiza no es visual, es más callada, desapercibida, de incógnito, peor no por ello es menos importante», insiste. «Somos pequeñas grandes unidades, pequeñas en dimensiones pero grandes por la labor importante que prestamos», asegura. Y es que el EVA 12 se encarga de la vigilancia y el control del espacio aéreo español y garantiza el funcionamiento de comunicaciones y sistemas. Y lo hace con un equipo «dispuesto a todo». «La actitud y el espíritu de equipo es fundamental para sobrellevar situaciones como esta», apunta el comandante Carlos García.

El helicóptero no pudo subir a realizar el relevo. BC

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