Los pueblos burgaleses se movilizan para crear redes solidarias en la crisis del coronavirus

La crisis del coronavirus ha desatado un estado de alarma y nerviosismo. Las imágenes de supermercados arrasados nos han llegado a todos aunque las cadenas alimentarias hayan llamado a la calma garantizando el abastecimiento. Esta crisis es capaz de sacar nuestro peor lado pero también el mejor.

El lado más solidario de los burgaleses ha florecido en forma de ayuda desinteresada. En multitud de pueblos burgaleses se han conformado redes de ayuda, se han habilitado teléfonos o vecinos han puesto sus números a disposición de los que lo necesiten. Se trata de que la gente más vulnerable, la que más dificultad tienen para salir, gente que viva sola y sea población de riesgo, cualquier situación de necesidad se intentará solucionar con la ayuda del vecino.

En Canicosa de la Sierra desde el Ayuntamiento se ha establecido un plan de emergencias con varios números y horarios para atender todas las dudas y necesidades de sus vecinos.

La Asociación de Pesca Pinares también ha puesto sus teléfonos a disposición de la ciudadanía para atender sus necesidades con los medios materiales y humanos disponibles.

En Quintanar de la Sierra, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de las personas con dificultades de movilidad, población de riesgo, gente sin vehículo un servicio para llevar a sus domicilios alimentos y productos de primera necesidad. Iniciativa similar a la que ha tomado el Ayuntamiento de Vilviestre del Pinar. En ambos casos se habilitan teléfonos para que la gente pueda llamar y solicitar la ayuda.

En Lerma, el lunes 16 ya había 14 voluntarios apuntados para colaborar en la red de ayuda. La mayoría son gente joven. Reconocen que lo ideal sería que no hiciese falta que actuasen porque ese indica que todo está funcionando bien pero, en caso contrario, también se facilita un número de teléfono para solicitar colaboración.

En Briviesca el Ayuntamiento, la asistenta social, Cruz roja y Cáritas se han organizado para habilitar también un servicio de ayuda a domicilio a las personas que sufran especialmente durante el confinamiento.

En Tordómar, como cuenta la alcaldesa Inmaculada Sierra, ha sido el párroco el que ha tomado la iniciativa.

El Ayuntamiento de Caleruega fue uno de los primeros que organizó un grupo de voluntarios para atender a los mayores de la localidad que viven solos en caso de urgencia o necesidad.

En otras zonas, como Villadiego, el alcalde, Ángel Carretón, se ha puesto en contacto con todos los regidores pedáneos, trabajadores municipales, comerciantes y sanitarios del centro de salud para que le hagan llegar las necesidades que puedan detectar de vecinos mayores. De momento, todo tranquilo, aunque reconoce que también son los primeros días y es posible que no haya todavía necesidades.

En Villadiego funciona muy bien la red social, pues están acostumbrados a ayudarse unos vecinos a otros y a que, por ejemplo, el carnicero que lleva un pedido a casa lleve también medicamentos que le dan en la farmacia. Así que ahora se seguirá actuando de este modo. La preocupación de Carretón se centra más en cómo van a llevar, anímicamente, los vecinos de más edad la situación de confinamiento, pues se les hace difícil de entender. Aun así, se les está dando toda la información que necesitan, respondiendo a sus preguntas e inquietudes.

En la comarca de Las Merindades, la atención a personas mayores, dependientes o vulnerables se está centralizando a través de Cáritas. Se ha habilitado un teléfono de contacto, 636 605 455, al que responde Eva, una voluntaria, para que las personas que necesiten algún tipo de ayuda puedan solicitarla. Se trata de ofrecer una mano para llevar alimentos, bienes de primera necesidad o medicamentos.

De momento, han recibido más ofertas de voluntarios que solicitudes de ayuda. Están muy sorprendidos por la gran respuesta de los vecinos de Las Merindades y cuando se vayan concretando las necesidades irán organizando a los voluntarios, a los que se entregará también el correspondiente justificante que justifique su presencia en las calles.

Ahora, solo se han recibido tres solicitudes de ayuda en Villacomparada, la zona del Valle de Losa y en el Valle de Manzanedo. Pero se espera que, según vaya avanzando el confinamiento, se incremente el número de demandas de ayuda. Por su parte, desde los ayuntamientos están abiertos a colaborar y a ofrecer toda la ayuda que sea necesaria, pero han primado que se gestione desde Cáritas, que es la que viene prestando asistencia social a los mayores y dependientes de la comarca, a los que ya conocen.

Eso sí, la diputada del área de Acción Social recuerda que toda esta solidaridad debe hacer con mucho cuidado, respetando los protocolos para evitar contagios, usar guantes, lavarse las manos, mantener las distancias porque «lo que no se quiere es que, en vez de ayudar, se haga más daño». «Es necesario que funcione con voluntarios coordinados y que la gente no vaya a lo suyo para que esto funcione adecuadamente», apunta Sierra.