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Burgos volvió a perder población en 2020. La llegada en marzo de aquel año de la pandemia de la covid-19 frenó en seco la tímida recuperación poblacional iniciada un año antes tras varios años de sangría y motivó que el año volviera a cerrar ... en negativo, tal y como refleja el último informe sobre el padrón continuo elaborado por el Instituto nacional de Estadística (INE), que dio ayer a conocer las cifras definitivas a 1 de enero del año pasado.
De acuerdo a la estadística del padrón, la provincia de Burgos contaba ese día con 356.055 habitantes (178.135 mujeres y 177.920 hombres), lo que supone un descenso de 1.595 habitantes a lo largo de 2020, un 0,44% menos que los censados justo un año antes.
Se trata de una cifra similar a la registrada a principios de 2004 (356.437 habitantes), cuando la provincia aún vivía las mieles del despegue económico previo al estallido de la crisis inmobiliaria y financiera. Tras tocar techo en 2011 con 375.657 habitantes, la provincia se sumió en un declive poblacional que se prolongó hasta 2018. Al año siguiente, la tendencia se rompió y por primera vez en una década, el padrón continuo reflejó un incremento de la población que parecía marcar el inicio de una nueva dinámica después de haber dejado atrás parte de las consecuencias de aquella crisis. No obstante, la llegada de la covid-19 lo cambió todo.
De hecho, la tendencia negativa es aún más significativa si sólo se tiene en cuenta la población nacional. Lo cierto es que a lo largo de 2020 se incrementó el censo de extranjeros, que aumentó en 252 vecinos hasta un total de 28.878. Ese incremento, sin embargo, no compensó, ni de lejos, la caída de la población nacional, que cayó en 1.847 vecinos. Sin duda, las primeras olas de la pandemia de la covid-19 suponen un elemento determinante en este sentido.
Eso sí, la tendencia no es igual en todo el territorio. Así, la gran sangría poblacional se registró fundamentalmente en la capital provincial, que a principios del año pasado contaba con 174.051 habitantes, 2.367 menos, así como en Miranda y Aranda, mientras que los grandes municipios de Las Merindades y las localidades del alfoz de la capital ganaban población.
Provincia: 356.055 habitantes (-1.595).
Burgos: 174.051 habitantes (-2.367).
Miranda de Ebro: 35.528 habitantes (-232).
Aranda de Duero: 33.084 habitantes (-103).
Briviesca: 6.465 habitantes (-117).
Medina de Pomar: 5.834 habitantes (+100).
Villarcayo: 4.029 habitantes (+18).
Valle de Mena: 3.987 habitantes (+182).
Lerma: 2.609 habitantes (+72).
Roa: 2.196 habitantes (+29).
Paralelamente, el descenso de la población de Burgos viene acompañada del progresivo proceso de envejecimiento en el que se encuentra inmersa la provincia desde hace décadas. Así, buena parte de los grupos de mayor edad se vieron incrementados a lo largo de 2020. De acuerdo al último informe del INE, en enero del año pasado había 86.063 vecinos de más de 65 años de edad en la provincia. Es decir, 274 más que un año antes. Y eso a pesar de que los grupos de edad más avanzados fueron sin duda los que más sufrieron la covid-19 en las oleadas de 2020.
Así, la pérdida de población más significativa se registró en las edades comprendidas entre los 0 y los 9 años de edad, una horquilla en la que Burgos perdió 1.047 habitantes en solo un año.
De esta forma, lejos de corregirse, la pirámide poblacional de la provincia profundizó en su progresivo desequilibrio. Un desequilibrio que, a la vista de lo acontecido también en 2021, tiene todos los visos de mantener la tendencia.
Con todo, Burgos no es una isla en el conjunto de Castilla y León, que a lo largo de 2020 perdió 11.779 habitantes, con descensos muy significativos en provincias como León (4.733 habitantes menos, un 1,4%) o Zamora (1.863 habitantes menos, el 1,09%). Sólo Ávila (757 habitantes más, un 0,48 por ciento) y Segovia (185 habitantes, un 0,12% más) vieron incrementar su población a lo largo de 2020.
Aunque la población extranjera se encuentra aún lejos de los máximos históricos registrados en 2011, lo cierto es que a lo largo del 2020 se vio incremetnada con el censo de 252 habitantes más.
En este sentido, destaca la presencia en la provincia de ciudadanos de Rumanía (6.814), Bulgaria (4.056) y Marruecos (3.063). Entre esas tres nacionalidades suman prácticamente la mitad del conjunto de la comunidad extranjera de la provincia.
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