La provincia de Burgos ganó población en 2019 por primera vez en una década gracias a la llegada de población extranjera. Así lo confirman los datos del padrón continuo de enero de 2020 publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que habitualmente lanza ... el informe una vez consolidados los registros con un año de diferencia.
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En dicho informe se presentan tres grandes conclusiones. La primera es que la provincia volvió a ganar población después de arrastrar una tendencia a la baja desde que en 2011 se tocó techo. La segunda es que ese incremento poblacional viene totalmente determinado por la influencia de la inmigración. Y la tercera es que la tasa de envejecimiento continúa en pleno crecimiento. Los datos son claros.
Con fecha de 1 de enero de 2020, Burgos contaba con 357.650 habitantes censados, lo que supone un incremento de 692 personas respecto a los datos consolidados del año anterior, esto es, un 0,19% más. El incremento es muy tímido, sin duda, pero permite romper una tendencia que venía repitiéndose desde 2012, cuando comenzó a caer el número de habitantes de la provincia. Desde entonces, Burgos tiene 18.007 habitantes menos.
Además, ese crecimiento está directamente relacionado con el incremento de la población extranjera censada en la provincia, que en apenas un año pasó de 26.470 habitantes a 28.626, lo que supone un crecimiento del 8,14%. Ese más que significativo repunte permitió, no solo compensar, sino revertir la caída de población nacional, que mantiene la tendencia de los últimos años. Así en el ejercicio de 2019, Burgos perdió a 1.464 vecinos nacidos en España.
En este sentido, cabe destacar que la población nacional de la provincia (329.024 habitantes) se encuentra ahora mismo en mínimos de la serie histórica del INE, que arranca en 1998. De esta forma, los ciudadanos nacidos en el extranjero ya suponen el 8% del total de la población de Burgos. Por nacionalidades, destacan las comunidades rumana (6.965 vecinos), búlgara (4.067), marroquí (2.902), colombiana (2.148) y portuguesa (1.932).
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En todo caso, este paulatino cambio de paradigma viene de la mano de un lento proceso de envejecimiento que se antoja imparable. De acuerdo a los datos consolidados de enero de 2020, el colectivo de mayores de 65 años (111.233 habitantes) ya suponen el 31,1% de la población total tras años de incrementos ininterrumpidos. De hecho, el incremento ha sido del 11,2% en la última década.
Con todo, el caso de Burgos es la excepción en Castilla y León, que a pesar de la llegada de inmigrantes no consigue frenar la sangría poblacional. De hecho, el conjunto de la comunidad autónoma perdió 4.630 vecinos a lo largo de 2019, hasta quedarse en una población total de 2.394.918 habitantes, muy lejos de los máximos históricos registrados a principios de la década de 2010.
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