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Hace ya varios años que los agricultores venían avisando de la proliferación de conejos en diferentes puntos de la geografía burgalesa. Y la situación, finalmente, ha colapsado. Así lo aseguran los propios agricultores, las organizaciones agrarias y diferentes colectivos, que en las últimas semanas están ... clamando por la puesta en marcha de medidas que permitan poner coto a una situación que ya califican de plaga.
Según explica Félix Arribas, presidente provincial de la Unión de Campesinos (UCCL), el crecimiento de comunidades de conejos ha sido exponencial en zonas como los alrededores de la capital provincial. A su juicio, la meteorología y la «falta de control» de los últimos años ha facilitado el crecimiento de la población de conejos y las consecuencias están empezando a verse ya.
«En toda la zona de Villagonzalo-Pedernales, Cavia y Estépar hay unas 1.000 hectáreas de cultivo afectadas» directamente por la plaga de conejos, que han encontrado en los alrededores de las infraestructuras ferroviarias y la A-62 su hábitat idóneo, señala Arribas. Una situación que, añade, está afectando directamente a los cultivos. «Ahora mismo están germinando» los principales cultivos de cereal y los conejos «están arrasando» con ellos.
En este sentido, Gabriel Delgado, responsable provincial de UPA, asegura tener constancia de la presentación de «varios partes» a los seguros agrarios ante la pérdida del cultivo. Y estamos en febrero, recuerda al tiempo que insiste en que «los seguros no son la solución». Ese mismo planteamiento comparte Arribas, quien destaca que, en zonas reincidentes, «Agroseguro pone muchas trabas» para asegurar el cultivo.
Por todo ello, y ante la posibilidad real de que la plaga vaya a más, desde las organizaciones agrarias exigen a la Junta de Castilla y León que tome cartas en el asunto. «Llevamos mucho tiempo avisando» de los «problemas» que genera la «fauna salvaje», pero «la administración no ha hecho nada», destaca Arribas. «No estamos hablando de erradicar, sino de controlar» la presencia de conejos, corzos y jabalíes, que «deben estar en su hábitat», abunda Delgado.
Así, y asumiendo la dificultad de frenar la plaga, las organizaciones agrarias instan a la Junta a que tome medidas concretas para evitar, en la medida de lo posible, que el impacto sobre los cultivos no sea devastador.
Con ese mismo espíritu, representantes de la Asociación de Pueblos Olvidados de Burgos, acompañados de agricultores y representantes institucionales de varias localidades afectadas, se reunieron ayer con el subdelegado del Gobierno, Roberto Saiz. Una reunión que desde la asociación califican de «muy positiva» con la confianza de que se tomen medidas efectivas para poner coto a la plaga.
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