La media del precio de la tierra, a precios corrientes, se mantuvo estable, en 2022, en el conjunto de Castilla y León. A nivel de comunidad, el precio de la tierra aumento un 3,8% con respecto al año 2021. En cambio, la provincia de ... Burgos no sigue esta tendencia.
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Si la subida media del precio de la tierra en Castilla y León es del 3,8%, en la provincia de Burgos es del 6,6%. Es decir, entre el año 2021 y el 2022 el precio de la tierra de cultivo en Burgos aumentó un 6,6%. Es la segunda mayor subida del precio solo por detrás de Valladolid. Esto implica que la hectárea de tierra se vendió 552 euros más cara en 2022 que en 2021 en Burgos. En ocho años, el precio de la tierra en la provincia ha crecido un 21,5%.
En cuanto al precio corriente de la tierra, medido en euros por hectáreas, la provincia burgalesa también es la segunda con la cifra más elevada. El precio medio de la tierra en Castilla y León es de 6.321 euros por hectárea. En la provincia de Burgos asciende hasta los 8.869 euros por hectárea, solo por detrás de los 9.545 euros por hectárea de Valladolid.
La Encuesta de Precios de la Tierra del Servicio de Estudios, Estadística y Planificación Agraria de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural mide la evolución del precio medio de los principales tipos de tierras cuyo destino es la explotación agraria. Al realizar esta encuesta la tierra se divide en seis tipologías, en cuatro de ellas, Burgos es la provincia con el precio de la tierra más elevado.
El precio medio de la tierra de herbáceos en secano-barbecho en Castilla y León es de 6.927 euros por hectárea. Burgos registra el precio más alto con 10.605 euros por hectárea. Ocurre lo mismo en el precio medio de la tierra de herbáceos en regadío. La media de Castilla y León es de 13.457 euros por hectárea. El precio de Burgos, la provincia más cara, es de 17.242 euros por hectárea.
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El precio medio de la tierra de uva de vinificación en secano en Burgos también es el más elevado de Castilla y León. La media regional es de 20.189 euros por hectárea mientras que en Burgos está en 28.313. Igualmente, el precio medio de prados y praderas permanente en secano en Castilla y León es de 4.274 euros por hectárea y en Burgos, la provincia donde es más caro, es de 5.871.
Solo en dos tipologías de tierras de cultivo Burgos no es la provincia con los precios más elevados. Son las de prados y praderas permanentes en regadío y otras superficies para pastos en secano.
El precio medio de la tierra de cultivo en la provincia de Burgos ha pasado de los 7.302 euros por hectárea de 2015 a los 8.869 actuales. Esto supone un aumento del 21,5% en ocho años.
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La variación interanual indica que en el 2022 el precio medio aumentó un 6,6%, una de los máximos aumentos interanuales de los últimos ocho años, exceptuando el 2015, cuando creció un 10,5% y el 2017, cuando lo hizo un 7,7%.
La tierra de cultivo que más ha aumentado el precio en el 2022 es la de herbáceos de secano-barbecho, lo ha hecho en un 6,6%.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Burgos (UPA) ha alertado recientemente sobre esta realidad. Asegura que al sector agrario de la provincia «le resulta, en muchos casos, inalcanzable dimensionar sus explotaciones por los precios tan desorbitados que se están pidiendo por la adquisición de terrenos rústicos productivos o por el arrendamiento de tierras».
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Achaca esto al «creciente número de inversores con nula vocación agraria que se están lanzando a adquirir terrenos rústicos como producto de inversión». Se asegura desde UPA que «los intereses especuladores están reventando el objetivo de los verdaderos profesionales agrarios que quieren dimensionar y rentabilizar sus explotaciones familiares».
Este alto precio de las tierras también dificulta que los jóvenes se incorporen al campo, porque resulta imposible y arriesgado debido a los altos precios que se piden por tierras de secano y regadío.
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UPA denuncia un «abuso» por parte de intermediarios, sociedades y fondos de inversión que antes centraban su atención en el ladrillo y ahora lo hacen en la actividad agraria. Además, según señalan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), una de las zonas más atractivas para estos inversores que buscan terrenos dedicados a la producción agroalimentaria es Castilla y León. Los datos indican que es una de las regiones donde más operaciones de fincas rústicas se han realizado.
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