La posibilidad de cambiar el horario del colegio de Salas de los Infantes divide a la comunidad educativa de la comarca

El equipo directivo del colegio envió una carta a las familias el pasado 4 de diciembre explicando el proceso legal que se abría para proceder a la votación sobre la modificación de la jornada escolar. Esta votación se desarrollará el 22 de enero, desde las 15 horas y hasta las 17.30 horas. Si los votos no llegan a los dos tercios del censo, si no se alcanza ese mínimo legal, las urnas se abrirán pero no se tendría en cuenta la consulta y el horario quedará como en la actualidad. Acudir a votar no es obligatorio.

La división que se ha abierto en la comunidad educativa se aprecia, sobre todo, en la variedad de opiniones que aportan los progenitores de los alumnos, tanto los que están a favor del cambio como los que se manifiestan en contra.

Principalmente las familias que residen en pueblos cercanos a Salas de los Infantes y que sus hijos precisan del transporte escolar y el comedor son las que se muestran contrarias al cambio, aunque algunas otras sí están a favor. Al igual que muchos otros progenitores de Salas son favorables a la jornada partida y otros a la continua. María Andrés, vecina de Rabanera del Pinar (a unos 20 kilómetros de Salas) y madre de una alumna del colegio es una de esas voces contrarias al cambio de horario, que afectará más a los usuarios del transporte escolar.

Andrés explica que con el cambio a jornada continua se prevé la realización de actividades extraescolares impartidas o por profesorado o por otras entidades. Estas clases comenzarían a partir de las 16.30 horas pero el autobús escolar parte de Salas para devolver a los alumnos a los pueblos a las 15.45 horas, no se les da otra opción, por lo que si los progenitores quieren que sus hijos acudan a estas actividades extraescolares deberán llevarlos ellos mismos. Es decir, el alumno llega a casa en el autobús escolar y el progenitor lo recoge y lo lleva de vuelta a Salas. «La alternativa para mi hija es o no hacerlas y perder oportunidades de aprendizaje, sociabilización y desarrollo de actitudes o asistir a ellas invirtiendo más tiempo en traslados con peligro en la carretera e inversión económica», explica esta madre.

En cambio, en el proyecto que se puede consultar en la web del centro se explica que los alumnos estarán con los responsables del servicio de comedor hasta las 16.30 horas, momento en el que se harán responsables los maestros de la actividad escolar, por lo que los niños que deseen acudir a estas clases o talleres, podrán permanecer en el colegio hasta que empiecen las mismas. Después, al igual que en la actualidad los padres deberán acudir a recoger a los niños a las actividades.

Andrés también teme que, con la jornada continua menos alumnos de Salas se queden en el comedor, con lo que la situación puede derivar en que no se cocine la comida en el centro y se pase al menú de línea fría «y se pierdan puestos de trabajo».

María Andrés explica que, para ella, la modificación de la jornada, no mejoraría la enseñanza, conllevaría menos tiempo de interacción y relación entre los alumnos y, además, «discrimina a los escolares de los pueblos. Si ya las zonas rurales están discriminadas en tantos servicios, se sumará uno más, el educativo. En cuanto un niño o niña no tenga las mismas posibilidades y oportunidades existirá discriminación».

Por su parte, en el proyecto de la jornada continua se defiende que este nuevo horario evitaría la interrupción en el ritmo de trabajo y favorece los periodos de concentración, se dispone de más tiempo libre por la tarde para realizar actividades extraescolares, personales o de ocio. Además, desde el profesorado y el AMPA se ofrecerían clases extraescolares, algunas gratuitas y otras no, para todo el alumnado a partir de las 16.30 horas. Se explica también que «disminuirán los tiempos muertos dedicados a entradas, salidas, filas, rutinas... consiguiendo que los tiempos de trabajo real sean mayores».

Se pregunta Andrés por qué surge ahora este interés por la jornada continua cuando desde siempre este colegio rural ha estado con jornada partida. Porque ese es otro detalle que apunta esta madre, el colegio de Salas de los Infantes es un colegio rural, pero María Andrés explica que «somos el 19 por ciento del alumnado, somos minoría y no se nos está teniendo en cuenta». Apunta además que en caso de que las familias de Salas deseen una jornada continua, para no tener que acudir hasta cuatro veces al colegio en un día, pueden recurrir al comedor escolar.

En el proyecto, realizado por el equipo directivo con la colaboración de los profesores del centro, se explica que este cambio tiene un objetivo principal, «dar respuesta a los cambios sociales y a la demanda de calidad de la enseñanza. El horario actual de nuestro centro, salvo pequeñas modificaciones se lleva desarrollando desde décadas, dando respuesta a una sociedad y a unas necesidades familiares y educativas diferentes a las actuales».

Para otros padres, la jornada continua permite aprovechar mejor las horas libres de los niños. Explican que, al salir antes de las 17 horas, no tienen que hacer los deberes a última hora de la tarde, tras llegar cansados de las actividades extraescolares. Igualmente, apuntan que, de esta forma es más fácil la conciliación laboral y familiar.

En este mismo proyecto se justifica la jornada continua porque las relaciones familiares salen favorecidas al incrementar el número de horas de convivencia en la unidad familiar. Igualmente se apunta a que se aumentan las posibilidades de descanso y se proporciona un mayor tiempo de ocio y estudio por las tardes. Por otro lado, se explica que habrá actividades, la mayoría gratuitas, y voluntarias ofertadas por el profesorado y el AMPA, para que cada familia decida la que es mejor y se adapta más a cada alumno.

La pregunta de qué jornada es mejor se plantea desde hace años entre la comunidad educativa. En octubre de 2019 los pediatras valencianos dieron el primer paso y se posicionaron sobre este controvertido asunto. En su informe aseguraban que la jornada escolar partida mejora el rendimiento de los niños y adolescentes. Incluso, la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) aconsejaba que se retrasase la hora de inicio de las clases y que el comedor escolar sea considerado «un elemento educativo trascendental».

Por su parte, el proyecto de este colegio añade que «la mayoría de colegios de Castilla y León han implantado esta jornada, manteniendo a la comunidad autónoma entre las que obtienen mejores resultados académicos a nivel nacional». Además, apunta que «es una realidad el hecho de que muchos profesores prefieren trabajar en centros de jornada única, por lo que eligen o concursan a colegios donde está implantada. Nuestra actual jornada (partida) dificulta el tener una plantilla estable necesaria para dar continuidad a proyectos, planes de mejora u otras actividades. Además, una jornada continua permite una mayor y mejor formación y reciclaje del profesorado».

El 22 de enero, tras la votación, quedará establecida una u otra jornada en el centro escolar de Salas de los Infantes, será entonces cuando se pueda comprobar el acierto de unos y otros argumentos.