Pintura mural de gran riqueza iconográfica y decorativa, al descubierto en Poza de la Sal

El pasado año, los trabajos del equipo arqueológico permitieron descubrir más de 100 metros cuadrados de terreno en los que aparecieron una zona comercial, una calle, un peristilo y una vivienda particular, con cocina, pasillo de distribución y un gran atrio. En esta ocasión, el equipo de profesionales se ha centrado en el edificio romano, que estaba colapsado y presentaba muestras de pintura mural.

Esperanza Martín, la arqueóloga responsable del proyecto, recuerda que el trabajo con pintura mural es muy delicado, requiere de tiempo y paciencia. Han aparecido innumerables piezas y, en el yacimiento, hay que extraerlas y protegerlas para luego, en el laboratorio, limpiarlas y estudiarlas. Dos restauradoras se encargan de este trabajo tan minucioso.

Una de ellas es Lucia Anta, quien explica que la limpieza de los fragmentos se hace en seco, con lapiz ultrasonido. Luego, hay que documentar cada pieza y digitalizarla, para realizar el montaje digital y, si hay financiación, hacer el montaje físico. Es un trabajo interesante y da resultados curiosos, como el grafiti de pájaro que ha descubierto en uno de los fragmentos.

La pintura mural hallada entre las ruinas del edificio romano presenta un «desarrollo iconográfico y decorativo impresionante», explica Martín. Tiene la policromía completa, pues los restos han quedado protegidos por la propia colmatación del edificio. Y el diseño es estilo de Pompeya «de manual»: muchas florres, muchas rosas, muchos capullos.

Además de trabajar en la pintura mural, en esta campaña se ha ampliado la zona excavacaba para sacar la estancia colindante y obtener la secuencia de ocupación. Se ha podido comprobar que, en la última fase de ocupación, se realizaron cambios en la distribución de los espacios y subdivisiones. El final de la ocupación corresponde al siglo IV, en época de Constante, hijo de Constantino.

Como el pasado año, la excavación ha permitido obtener otros muchos restos de interés histórico y arqueológico. Y uno de los trabajos fundamentales para la documentación y catalogación de los hallazgos es la fotografía, de la que se encarga el ingeniero Zoilo Perrino. Realiza fotografía documental, pero también fotografía en 3D para las reconstrucciones y fotografía macro para el detalle.

Perrino explica que este año está siendo «bastante intenso», tanto por el número de piezas que se han extraído en el campo de estudio como por las donaciones recibidas. Ha realizado 13 recreaciones en 3D, algunas de piezas muy pequeñas que han requerido más de 400 fotografías. «Es un trabajo complejo» pero fundamental para el estudio de los materiales.

La campaña de excavaciones en Flaviaugusta cuenta con un equipo multidisciplinar, muy profesional, venido de diferentes partes del país. Junto a ellos han estado trabajando voluntarios, de Poza y otros municipios, así que a diario se ha contado con unas 15 personas en el yacimiento. Y los costes los ha asumido, como siempre, el Ayuntamiento de Poza de la Sal.

Esperanza Martín destaca la implicación del municipio con este proyecto, pues supone una inversión importante. En esta ocasión, se ha contado además con una ayuda del programa de apoyo a proyectos e investigaciones arqueológicas de la Diputación de Burgos. También se agradece la implicación del agricultor, que si bien sigue cultivando la tierra, protege y cuida la excavación.

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