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Pocos son los burgaleses que no se han tirado alguna vez en su vida por las laderas nevadas del Valle del Sol de Pineda de la Sierra, una estación de esquí que, casi 17 años después de su clausura, espera con ansia su reapertura. Así ... lo destaca el alcalde de la localidad, Santiago Rojo, que confía en que el próximo mes de diciembre pueda estar de nuevo operativa.
Desde hace dos años, el Ayuntamiento trabaja en un ambicioso proyecto que poco a poco ha ido quemando etapas. Un proyecto que, por fin, ha entrado en la recta final de su tramitación. No en vano, el Boletín Oficial de la Comunidad (Bocyl) publicaba el pasado miércoles una orden mediante la que se somete a trámite de información pública la solicitud de evaluación de impacto ambiental. Un periodo que se extenderá durante 30 días y que implica, según Rojo, que «ya no hay vuelta atrás».
«Estamos tremendamente satisfechos» de haber podido impulsar definitivamente el proyecto, asegura el regidor al tiempo que confía en que el expediente «no reciba muchas alegaciones». Y es que, según afirma, en su redacción se ha trabajado codo con codo con el propio Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
Fruto de esa coordinación se ha elaborado un proyecto que se considera «viable» y que mantiene el espíritu original con el que se lleva trabajando desde hace mucho tiempo. La idea básica pasa por volver a adaptar la antigua estación para el uso deportivo y de ocio, tanto en invierno como en el resto de estaciones del año.
Para ello, se ha planteado un proyecto dividido en varias fases. La primera, que supondrá una inversión superior al millón de euros, consiste básicamente en la limpieza de la ladera y el arreglo de los elementos básicos, incluyendo la zona más baja de las pistas y el arrastre principal. Con esos trabajos, desde el Ayuntamiento se entiende que ya sería suficiente como para reabrir en la próxima temporada invernal. Ya de cara a 2019 se plantean intervenciones de mayor envergadura, que pasan por la instalación de nuevos arrastres y de sendos cañones de nieve.
Esta oferta se pretende completar en verano con el desarrollo de rutas en bicicleta y otros deportes de aventura y naturaleza que puedan desarrollarse en un enclave tan significativo como la sierra de La Demanda.
Eso sí, para dotar de mayor potencial al proyecto, Rojo insiste en la necesidad de coordinar todas estas actuaciones con un nuevo impulso del albergue de la estación y la Casa Bernabé, dos infraestructuras dependientes de la Diputación y gestionadas por Sprintem mediante una concesión que finaliza en octubre de este año. Así, la idea del Consistorio pasa por coordinar esfuerzos y establecer las líneas a seguir para, a partir de ahí, elaborar el pliego de concesión de la propia estación, que saldrá a concurso público. «Tenemos que ir todos de la mano» para poder reabrir una estación que, según Rojo tiene «demanda».
Así lo atestigua, dice, la fluencia «masiva» que se registra en cuanto se dan las circunstancias meteorológicas adecuadas, a pesar de las deficiencias que presenta hoy en día. «La gente tiene ganas de salir» y la reapertura de la estación supondrá una «buena noticia, no solo para Pineda, sino también para todo el entorno», considera Rojo. De momento, y a la espera de que sigan dando pasos en firme, en las laderas del Valle del Sol «hay nieve de sobra».
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