El Ministerio Público solicita 18 años de prisión a dos personas (J. A. A. P. y C. L.) por delitos de trata de seres humanos y contra el derecho de los trabajadores, después de que a finales de 2015 ofrecieran contratos ilegales y ficticios a ... extranjeros, que fueron transportados a Canicosa de la Sierra para la recogida de setas y donde vivían hacinados en una de las naves de uno de los acusados.
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De esta forma, Fiscalía pide 6 años de cárcel a cada uno por un delito de trata de seres humanos y otros dos años a cada acusado por otro delito contra el derecho de los trabajadores.
Con motivo de la campaña de recogida de setas que se realizaba en Canicosa de la Sierra, durante los meses de septiembre a diciembre de 2015, el acusado C. L., aprovechando el hecho de ser rumano y de tener diversos contactos en su país, ofertaba en diversos pueblos de Rumanía contratos de trabajo en España para la recogida de setas.
Los supuestos contratos que C. L. ofertaba, de conformidad con J. A. A. P., eran un «engaño» con el fin de traer a Canicosa de la Sierra mano de obra barata, sin límite de horas laborales y al margen de la ley.
Los dos acusados ofertaban un trabajo consistente en la recogida de setas, cobrando aproximadamente 2.000 euros al mes y con la posibilidad de encontrar un alojamiento en pisos que podrían pagar con sus ganancias. Haciendo caso a la mencionada oferta laboral, C. L. transportó a nueve personas hasta Canicosa de la Sierra.
Un vez en la localidad burgalesa, C. L. recogía y se quedaba con toda la documentación personal de los trabajadores que traían para así impedir que se fueran. Por su parte, el otro acusado y dueño de una nave sita en la carretera de Navaleno «'alojaba'» en su interior a los nueve trabajadores rumanos, junto con aproximadamente otras 200 personas que no fueron identificadas, resultando inexistente la oferta laboral presentada.
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De esta forma, C. L. recogía todas las mañana, sobre las 5:00 horas, a los trabajadores para trasladarse hasta el monte, donde permanecían cogiendo setas de forma ininterrumpida hasta las 22:00 o 0:00 horas, momento en el que volvían a la nave. El trabajo se desempeñaba los siete días de la semana.
Las setas que recolectaban se las entregaban al C. L., quien a su vez se las proporcionaba al otro acusado. Este se las pagaba C. L., quien entregaba a los trabajadores una cantidad de unos 50 euros al día, de los cuales tenían que descontar 5 euros por el transporte y 1 euro que se llevaba C.L. por kilo de setas.
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Asimismo, las 200 personas, la mayoría rumanos, se encontraban hacinados en una nave de J. A. A. P.. En el interior de la nave se hallaban hombres, mujeres y niños, que dormían sobre esterillas instaladas en el suelo, sin aseos, sin cocinas y con la imposibilidad de salir al exterior, ya que por las noches la nave era cerrada con llave por los acusados.
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