Las peluquerías de Burgos estudian ampliar sus horarios para poder atender la demanda con garantías de seguridad

«Queremos abrir con todas las garantías de seguridad para nuestros clientes y también para los trabajadores, claro está», afirma Fernández. Por eso las peluquerías incorporarán para la vuelta a la normalidad mascarillas, guantes, toallas y capas de usar y tirar y máquinas de ozono. «Limpiaremos todo a fondo también entre unos y otros clientes», asegura aunque el número de personas que puede acoger en función de los metros cuadrados de su establecimiento le genera más dudas que certezas. «En teoría en mi caso podría tener un cliente pero yo creo que podría ampliarse a tres cumpliendo con la seguridad y así mis trabajadoras que están en ERTE se incorporarían al trabajo. Sería mejor para todo el mundo», reconoce.

Son 160 los centros del sector asociados en la provincia y la presidenta afirma que algunas grandes marcas de proveedores de productos para peluquerías ofrece formación online, con el objetivo de informar sobre las medidas a implementar. Fernández reconoce que se lo hará llegar a todos los socios interesados y constata además que ninguno de ellos se ha visto obligado a cesar su actividad por el momento, aunque no sabe si la situación podrá cambiar una vez vuelvan a trabajar. Sí agradece a algunas grandes marcas el gesto de no haberles cobrado «ni un solo recibo de los meses de marzo y abril», un detalle que significa mucho para estos pequeños empresarios que luchan por sobrevivir a esta crisis.

El lunes se espera una gran afluencia de clientes en las peluquerías de la provincia y la propia presidenta, que regenta una en el barrio de Gamonal, declara que ha recibido «muchísimas llamadas» de personas solicitando cita para acudir a su centro. «No vamos a poder atender a todo el mundo el lunes, es imposible, tendrán que repartirse entre otras peluquerías o tener paciencia y venir más adelante», afirma. En este sentido considera que habrá que «organizarse» de otra forma, «por ejemplo no habría ningún problema en avisar a la clienta por teléfono o con un mensaje de que puede venir en diez minutos y así no se forman colas en la calle que tampoco da buena imagen», concluye.