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Castilla recibe su nombre por la infinidad de castillos, principalmente medievales, ubicados a lo largo y ancho de la región. A día de hoy, unos están en buen estado, como el de Olmillos de Sasamón; pero de otros únicamente quedan vestigios y piedras de lo que hubo, como si hubiesen sido condenados por Dios por ser malos.
Pero entre el lugar donde van las almas de las buenas personas y el castigo eterno de los pecadores existe un purgatorio. En el caso del patrimonio, el término podría definirse como aquellas acciones que se promueven para restaurar un edificio que lleva años mal conservado. La fortaleza de Santa Gadea del Cid entró en la Lista Roja del Patrimonio en 2010, si bien en estos últimos meses se han realizado varias actuaciones para consolidar el edificio.
El castillo, que se construyó sobre otra edificación del siglo XI, data de la decimoquinta centuria. Se atribuye a Pedro Lópéz Manrique y se levanta sobre una planta muy irregular. Conserva, porque se restauró, la torre del homenaje, a la que se puede acceder por una puerta de medio punto tras subir una escalera nueva, y otras dos torres, aunque estas están en mal estado. Además está protegido por una muralla, aunque solo se mantiene una parte.
El alcalde de la villa, Jorge Ortiz, explica que en 2015 se elaboró un informe de las deficiencias y en 2017, la Junta de Castilla y León concedió 100.000 euros para consolidar la muralla. Asimismo, se rehabilitó el mirador y se iluminó toda la zona. «Hemos recolocado los focos y todo el cableado. Esperemos que no se los vuelvan a llevar», manifiesta.
El mandatario agradece especialmente la defensa del proyecto que llevó a cabo del procurador autonómico José Ignacio Delgado, pero reconoce que este trabajo lo propusieron ya anteriores corporaciones municipales. «Ha sido una presión continuada de todos. Es una petición que llevaban haciendo muchos años», agrega Ortiz.
No obstante, esta intervención es solo el primer paso para recuperar el castillo, uno de los símbolos culturales más reconocidos de Santa Gadea del Cid, que aunque lleve el sobrenombre del archiconocido Rodrigo Díaz de Vivar no es el lugar donde se produjo la jura de la que habla el Cantar del Mio Cid.
Próximamente, el regidor planteará recuperar los dos cubos del monumento, que está protegido por el Estado desde 1949 y que actualmente están en un estado que podía ser mejor. «Queda mucho por hacer», concluye el regidor de una localidad, declarada Conjunto Histórico-Nacional en 1973, que celebró en 2012 el milenario de su fundación.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
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