La pandemia reaviva el interés inmobiliario fuera de los grandes núcleos de Burgos

Así lo confirman fuentes del sector en Burgos, que constatan una buena evolución del mercado inmobiliario en el ámbito rural en los últimos meses. Se trata, según señala Óscar Ortega Delgado, presidente de la Asociación de Agentes y Empresas de Gestión Inmobiliaria (AEGI), de un «repunte» de la demanda que comenzó a verse a raíz del verano pasado y que todavía no ha parado, aunque aún es pronto para saber si se trata de un punto de inflexión. «Tendremos que esperar hasta, por lo menos, primavera del año que viene, para ver si se consolida la tendencia o es algo coyuntural», explica.

Lo que está claro es que en los últimos meses se está viendo más movimiento en el sector de lo que solía ser normal años atrás, aunque con varios matices. Así, el interés va por zonas, y se centra específicamente en el entorno de las grandes poblaciones de la provincia, con especial incidencia en el Alfoz de la capital y en Las Merindades, zonas cercanas a poblaciones dotadas de todos los servicios necesarios. Así, «las casas de la España Vaciada no terminan de entrar en el mercado», subraya Ortega.

A partir de ahí, el perfil del demandante varía mucho, en función de la zona y el uso que se le pretende dar a las viviendas. Así, en el Alfoz se está moviendo mucho el mercado de primeras residencias, mientras que en otras zonas de la provincia son las segundas residencias las que más demanda tienen. Además, la gran mayoría del sector está copado por las operaciones de compra-venta, con una escasa presencia de la fórmula del alquiler.

La tipología de viviendas que más se están demandando en los últimos meses es la de casas unifamiliares (adosados y chalets), «preparadas para entrar a vivir» y, sobre todo, «con una pequeña parcela o jardín». «La gente ahora no quiere meterse en grandes reformas o en terrenos para construir su casa desde cero», explica el portavoz de la patronal del sector.

En este sentido, añade, el Alfoz de la capital cuenta con una ventaja, y es que todavía hoy hay una amplia oferta de viviendas ya construidas durante los años de bonanza inmobiliaria que se encuentran aún en su primera fase de vida útil y se han ido moviendo en el sector.

Sin embargo, la comarca donde más movimiento se está registrando en los últimos meses es la de Las Merindades, sobre todo en el ámbito de las segundas residencias. «Lo venimos notando desde el verano pasado», explica Monsterrat Martínez, responsable de la Inmobiliaria Garay, quien cifra el incremento de dicha demanda en una horquilla de entre el 30 y el 40 por ciento.

En su caso, la tipología que más se demanda es la misma que en el resto de la provincia, aunque su mercado está más vinculado a otros territorios. «Se podría decir que el 80% de los clientes son de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya», quienes buscan «libertad» con una segunda residencia en un entorno rural. Sin embargo, añade, también es cierto que en los últimos meses «han comenzado a llegar clientes de otros lugares, como Burgos capital, Madrid o incluso Valencia».

A juicio de Martínez, la pandemia ha supuesto un «antes y un después» y confía en que la tendencia se consolide en el tiempo. De hecho, y a pesar de que la inmensa mayoría del sector en Las Merindades se basa en las segundas residencias, «cada vez se ve más demanda para primeras viviendas», sobre todo de aquellas personas con capacidad para «teletrabajar». Eso sí, siempre «cerca de servicios básicos», como supermercados, farmacias o centros de salud.

También en otras zonas de la provincia, como el entorno de Miranda, se ha notado un cierto incremento de la actividad en el sector, pero con varios matices. Así, en el caso de la ciudad del Ebro, el mercado ahora mismo se está centrando en la oferta de las pedanías y los barrios periféricos de la propia ciudad. Un ejemplo que puede resultar paradigmático de la situación que está viviendo el sector en Miranda es la urbanización de Los Corrales, un desarrollo urbanístico que durante muchos años ha estado prácticamente paralizado y que en los últimos meses ha vendido la práctica totalidad de las parcelas urbanizables disponibles.

Algo similar se está viendo en la Ribera del Duero, donde las grandes urbanizaciones a medio desarrollar parecen haberse consolidado en los últimos meses. Eso sí, en este caso, el repunte del sector también se centra en los alrededores de Aranda de Duero, que capitaliza todo el interés, pero que apenas cuenta con oferta de viviendas unifamiliares.

En este sentido, Rubén Madrigal, de Hunter Properties, considera que la búsqueda de esta tipología de viviendas ya venía marcando las tendencias del sector, pero «la pandemia lo ha agudizado». «En los últimos años, las estrellas eran los áticos con terraza y las casas unifamiliares, y ahora lo son más aún».

Lo que de momento no ha variado mucho, al menos en la provincia de Burgos, es el precio medio de mercado. «De momento se ha mantenido» en términos generales, explica Ortega Delgado, aunque su evolución dependerá en gran medida de la propia evolución de la oferta y la demanda. «Obviamente, si se consolida el incremento de la demanda, se empezará a notar en los precios», apostilla Martínez al tiempo que añade que en algunos puntos concretos de la comarca de Las Merindades comienza a escasear la oferta inmobiliaria.