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Cuando se acercaban las elecciones municipales del año 2015 dos jóvenes de Orbaneja del Castillo decidieron presentarse a los comicios para gestionar esta pedanía, perteneciente al Valle de Sedano, a la que tanto quieren. Tenían muchos planes, algunos los han conseguido hacer realidad, otros ... quedan pendientes con la esperanza de volver a ser elegidos tras estas elecciones municipales. Javier Perujo y Raúl García volverán a presentarse para ocupar la alcaldía pedánea de Orbaneja del Castillo, esta vez bajo las siglas de Imagina. En 2015 lo hicieron por una formación independiente.
En su momento, Perujo fue uno de los alcaldes más jóvenes del país, tenía 23 años. Como su segundo está García, empadronado en Orbaneja, donde pasa más tiempo que en Burgos, donde vive.
Esta es su primera legislatura y decidieron dar el paso porque «veíamos el pueblo abandonado, veíamos la necesidad que tenía Orbaneja y también su gran potencial. Considerábamos que nadie se molestaba por nosotros. Los coches de los turistas colapsaban la carretera, ninguna institución superior nos prestaban ayuda ni atención. Por el cariño que sentimos por el pueblo, nos vimos obligados a presentarnos», confiesa García.
Dos jóvenes que ven su vida condicionada por gestionar su pueblo. Perujo trabaja en Soria, tiene que viajar mucho, su pareja reside en Madrid, compaginar todo resulta difícil pero también gratificante. Lo mismo le ocurre a García, que no dudó en embarcarse en una obra para Orbaneja que le 'robó' tres meses de su vida. Además, son responsables de gestionar uno de los pueblos más turísticos de la provincia. Su trabajo se ve recompensado por el cariño, apoyo y ayuda de sus vecinos que ahora les piden que se vuelvan a presentar. Y les han hecho caso.
Cuando llegaron a la alcaldía, lo que más preocupaba a Javier y Raúl era la seguridad en la carretera. Era algo habitual que los coches aparcasen en los arcenes de la carretera de Orbaneja, había largos atascos que producían malestar a visitantes y vecinos. La Junta Vecinal compró una finca, ahí se hizo uno de los aparcamientos y un helipuerto, pensado sobre todo para las emergencias. Igualmente, con dinero de la Junta Vecinal se habilitó otro aparcamiento, el de Los Nogales. Por último, ya con una subvención de la Diputación, pero completado con presupuesto municipal, se habilitó el aparcamiento de El Casar de Calzada, donde se adecentaron los accesos. Así, Orbaneja cuenta con tres nuevos aparcamientos que canalizan el tráfico fuera de las calles principales.
La pedanía ha tenido que asumir importantes gastos para dar solución a la afluencia de turismo pero el cambio ha sido posible, también, por la colaboración de los vecinos. Estos ayudaron en el desbroce y han apoyado mucho los proyectos, «si nos animamos a repetir es porque vemos a la gente entusiasmada y recibimos su apoyo», apunta Raúl.
Las calles también eran una tarea pendiente, apunta Raúl, en ellas se echó una resina para el mantenimiento sobre el hormigón. Contaron con una ayuda para pueblos de Parques Naturales pero solo se ha podido hacer un tramo, está proyectado arreglar toda la parte baja del pueblo, esa zona que está cerca del arroyo. Para ello contarán con una subvención de 225.000 euros de la Junta y la Junta Vecinal aportará algo más de la mitad del proyecto. «Las calles están así por el abandono, las arquetas se rompían y no se arreglaban, ahora están reparadas por el peligro que conllevaban», explica Raúl.
Los accesos a la Cueva del Agua también se han restaurado. Esta tarea la asumieron dos vecinos durante tres meses, sin cobrar nada, Orbaneja aportó los materiales y ellos el trabajo. Se hicieron escaleras, se construyó un muro, se reparó otro y se construyó una caseta de taquilla e información para las visitas.
La cobertura móvil era también un problema, se ha intentado subsanar, en la medida de lo posible, con la instalación de una antena que mejora la cobertura de algunas compañías, algo que también beneficia a los negocios.
Queda pendiente la aprobación de una ordenanza para regular los accesos de turismos al pueblo. Orbaneja cuenta con calles estrechas y poco espacio, por lo que se regulará para evitar problemas a los vecinos.
Igualmente, si vuelven a resultar elegidos, intentarán que un alguacil esté todo el año en el pueblo.
No descartan tampoco regular el acceso a los aparcamientos, «igual es necesario cobrar algo, significativo, pero que nos ayude a afrontar su mantenimiento, como pedanía no tenemos muchos ingresos», añade Raúl.
Raúl y Javier han logrado ilusionar e implicar a los vecinos de Orbaneja pero aún les falta recibir apoyo de la Junta o la Diputación. Raúl reconoce que así es difícil que la gente participe y se lance a hacer algo por su pueblo, «por eso las pedanías están abandonadas, si ocurre en un pueblo tan turístico y conocido como Orbaneja, que no pasará en otros», reflexiona.
Seguro que, como sucede en todos los pueblos y como ocurre con todos los mandatarios y gestores, no todos los vecinos estarán de acuerdo con su gestión pero Raúl y Javier son dos jóvenes ejemplo de amor por su pueblo y trabajo por el mismo. Ahora que se acercan las elecciones municipales y cuesta tanto encontrar candidatos en los pueblos burgaleses, son una ráfaga de optimismo en la gestión municipal.
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