48 brotes activos, que afectan a 210 personas, y más de 2.000 casos bajo supervisión de Atención Primaria. Acabamos de levantar el confinamiento a Aranda de Duero y buena parte de las zonas básicas de salud de la provincia se encuentran en 'naranja' por ... la elevada incidencia de la covid-19 en los últimos siete o catorce días. En esta situación, y con estas cifras, no es de extrañar que se genere cierta preocupación por una posible segunda ola de la pandemia. Sin embargo, esa preocupación debe ser moderada.
«Aunque los números son muy altos ahora, no tienen nada que ver con la situación de meses atrás», explica la directora médica de Atención Primaria en Burgos, Paz de la Torre, quien afirma que los repuntes no les han pillado de sorpresa. «Estamos como creíamos que íbamos a estar», apunta. «Sabíamos por los expertos que iba a haber un repunte de casos, creíamos que iba a ser en septiembre pero ha empezado antes». Y esta es la única cuestión no esperada, que los rebrotes hayan arrancado en pleno verano.
«Sabíamos por los expertos que iba a haber un repunte de casos, creíamos que iba a ser en septiembre pero ha empezado antes»
Eso sí, todo tiene su explicación. Una vez levantado el estado de alarma, y ante la llegada de las vacaciones estivales, ha aumentado la movilidad. La gente ha empezado a ir a los pueblos, a viajar, «a celebrar todo lo pendiente», comenta De la Torre, y «el agrupamiento de personas le ha venido estupendamente al virus». Los brotes iniciales fueron casos importados, traídos por personas que habían estado en zonas que ya registraban un repunte.
Ahora, sin embargo, es muy difícil saber si el brote es importado o no, salvo que se asocie a un viaje o a la llegada de una persona en concreto a un pueblo. Por ese motivo también la incidencia está siendo mayor en el medio rural que en Burgos, Aranda o Miranda. También más acusada en las zonas del alfoz de las tres ciudades. Y por eso también la mayoría de los brotes corresponden al ámbito familiar y de amigos, con un número limitado de afectados y están controlados.
«Lo tenemos bastante controlado, casi todos los casos son asintomáticos y los hospitales no tienen de momento problemas para atender a los pacientes»
«Lo tenemos bastante controlado, casi todos los casos son asintomáticos y los hospitales no tienen de momento problemas para atender a los pacientes», asegura De la Torre. Atención Primaria ha estado muy preocupada por Aranda, aunque ahora parece que la situación está estabilizada y están bajando los casos. En Miranda pueden subir un poco y aunque, se han concentrado los repuntes es en las zonas básicas de salud del ámbito rural, «los números no son alarmantes».
Más pruebas, más asintomáticos, más leves
La directora médica reconoce que «los números asustan pero no nos ha pillado desprevenidos». «Estamos preocupados porque vemos que ha empezado antes, pero lo justo». Desde el 14 de julio, se han registrado 1.890 casos en Burgos, una cifra que, como bien indica Paz de la Torre, no deja indiferente a nadie y se parece a las registradas en plena pandemia. Sin embargo, más que mirar los datos tenemos que ver las realidades que se esconden tras los mismos, y no son comparables.
«Ahora estamos haciendo PCR a casi todo el mundo que se acerca al centro de salud» y los casos son más leves. «Los casos están controlados muy pronto», a diferencia de lo ocurrido al inicio de la pandemia, cuando se tardaba más en diagnosticar, los casos eran más graves y los hospitales se sobrecargaron. Ahora «sabemos mucho más de lo que sabíamos antes», se conoce el funcionamiento del virus, se atiende antes a los pacientes y, así, se evitan casos más graves y colapsar los hospitales.
«Hay que hacer un esfuerzo porque el virus va a estar con nosotros una temporada larga»
Sin bajar la guardia, nos toca asumir que el virus va a estar todavía mucho tiempo entre nosotros, apunta De la Torre. Igual que ha habido rebrotes ahora los va a haber en cuanto entre septiembre y la gente vuelva a sus trabajos y se abran las escuelas. Luego los habrá en Navidades, pues en cuanto se hace vida normal se amplían las posibilidades de transmisión del virus. Lo importante es estar preparado y cumplir con las medidas de seguridad y protección sanitarias.
«Es posible que en Aranda, Miranda y Burgos en septiembre suban un poco los casos, pero no pasa nada, lo tenemos que tener previsto», insiste la directora médica. En Atención Primaria esperan que los repuntes vayan siendo lentos, controlados, para que se evite el colapso de los hospitales y se puede atender pronto a los pacientes y, así, evitar llegar a cuadros más graves. Y por la tarde los ciudadanos, toca ser generosos y pacientes. «No se trata solo de cuidar nuestra salud sino de cuidar la salud de lo demás».
Por ese motivo, la directora médica insiste en la importancia de llevar mascarillas y realizar un adecuado lavado de manos. También en evitar las grandes reuniones de amigos o familia. «Hay que hacer un esfuerzo porque el virus va a estar con nosotros una temporada larga» y no solo es que cualquiera lo pueda coger, es que se lo podemos pasar a cualquiera. De ahí la inquietud derivada del elevado número de asintomáticos, pues transmiten el virus sin saberlo.
«La vacunación nos protege, no nos hace más vulnerables»
La preocupación en Atención Primaria es poder atender a los pacientes, en especial a los más vulnerables. Salvo unos casos puntuales, las residencias de mayores se encuentran libres del virus, lo cual es una buena noticia. Y esa es una de las prioridades. Otra es prepararse para lo que venga, esos repuntes controlados derivados de la vuelta a la normalidad tras el periodo estival o la llegada del otoño, con la gripe bajo el brazo, que puede complicar la detección de la covid-19.
De ahí que Paz de la Torre haga un llamamiento a toda la sociedad, en especial a los mayores, enfermos crónicos y colectivos vulnerables para que se vacunen contra la gripe. «La vacunación nos protege, no nos hace más vulnerables», asevera, y elimina el riesgo de pillar una gripe o tener que visitar los centros de salud con un cuadro gripal que se puede confundir con coronavirus. De cara al otoño se pretende minimizar al máximo la incidencia de la gripe para que los sanitarios puedan centrarse en la covid-19.
Unos sanitarios a los que estos repuntes estivales les han pillado «un poco cansados». Pensaban que el verano les iba a dar una tregua y, si bien la incidencia está siendo menor, tampoco ha permito el descanso deseado. Además, en esta ocasión los contagios les están afectando en mayor medida. Sobre todo se están detectado positivos tras la vuelta de vacaciones, como ocurre al resto de la sociedad. Así, en estos momentos hay una treintena de profesionales en aislamiento o pendientes de una segunda PCR.
Entre ellos se encuentran los sanitarios del centro de salud de Espinosa de los Monteros, cuya asistencia se ha tenido que reducir al servicio de urgencias tras el contagio de varios profesionales. También ha habido contagios en Villarcayo o Valle de Valdebezana, explica De la Torre, y como siempre, en el medio rural es más complicado sustituir a médicos y enfermeros, así que los contagios o sospecha de contagio se ha dejado notar en la atención diaria.
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