
Las cifras confirman todos los indicios. Cada vez nace menos gente en Burgos, y poco a poco se va ahondando en una tendencia que no se ve compensada por la llegada de inmigrantes y que dibuja un escenario muy complejo a largo plazo.
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De acuerdo a los datos ofrecidos este miércoles por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el pasado año nacieron en la provincia de Burgos un total de 2.096 bebés (1.097 niños y 999 niñas), lo que supone un más que significativo descenso del 3,1% del número de nacimientos respecto al ejercicio anterior.
Y lo peor es que 2020 ya había marcado un mínimo en esta materia. Básicamente, desde que existen registros provincializados (1975) nunca antes se habían contabilizado tan pocos bebés en Burgos. La diferencia es casi abismal. En 1976, año con mejores estadísticas en este ámbito, se contabilizaron 5.758 nacimientos en Burgos, casi el triple que los contabilizados en 2021.
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A partir de ese momento, la natalidad dibujó una clarísima tendencia a la baja que tocó suelo en 1995, cuando se registraron en la provincia un total de 2.458 bebés. Fue entonces cuando, al albur de la bonanza económica, la tendencia cambió y la natalidad comenzó de nuevo a aumentar hasta alcanzar los 3.525 nacimientos en 2008.
Ni que decir tiene que la crisis económica de 2008 cambió de nuevo la tendencia de manera radical, y año a año se fueron registrando menos nacimientos. Una dinámica que la explosión de la pandemia de la covid-19 y las numerosas incertidumbres económicas no han hecho sino profundizar. La tendencia, de hecho, se extiende a todo el territorio nacional, si bien, en provincias como Burgos, asoladas desde hace tiempo por una sangría poblacional, resulta mucho más evidente.
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Y, mientras tanto, la mortalidad presenta una tendencia diferente, totalmente alcista. Y es que, el número de defunciones registrado en la provincia de Burgos (3.964) durante el año pasado es de nuevo uno de los más altos de la serie histórica, sólo superado por los datos de 2017 (4.016 muertes), 2018 (4.008 muertes) y, sobre todo, 2020, cuando la covid-19 hizo auténticos estragos. Sólo en aquel ejercicio se notificaron en Burgos 4.777 muertes, una desviación de unas 800 respecto a las proyección estadística.
Con estos datos sobre la mesa, las conclusiones son obvias. En la provincia de Burgos murieron el año pasado 1.935 personas más de las que nacieron. La tasa de crecimiento vegetativo es, pues, extremadamente negativa.
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