Los vecinos de Juan Ramón Jiménez, hartos de la delincuencia en la «calle del vicio»

Según fuentes policiales, el suceso se habría producido en torno a la una y media de la madrugada, después de que el portero del local de ocio nocturno donde se desencadenó la disputa interviniera para, a priori, separar a ambas partes. Ya en la calle, según indican algunos testigos, el responsable de seguridad propinó, presuntamente, un fuerte empujón a la víctima, que se desestabilizó y cayó golpeándose en la cabeza.

Pese a que una dotación de la Policía Local se personó en el lugar de los hechos donde trataron de reanimar al hombre herido hasta la llegada de los servicios de emergencia, los sanitarios solo pudieron certificar su fallecimiento.

Amanecía, así, un lunes sombrío que, con los primeros rayos de luz, dejaba sin habla a buena parte del vecindario y también de la ciudad. A pesar de la magnitud de unos hechos que acontecieron en plena calle, numerosos han sido los vecinos que conocían la noticia bien adentrada la mañana.

«Escuchamos algunos gritos, pero la verdad es que no tenía ni idea de que había fallecido un chico», se sorprendía Esther, una vecina de la zona. Atónita se percataba de un suceso que no le habría sobresaltado de haber quedado en tablas, pues según lamentaba, «escuchamos chillidos y gritos todos los días, así que, como ya es lo normal, ni nos asomamos a la ventana». Las voces tampoco interrumpieron el sueño de Oscar, otro residente del barrio que, si bien ya era conocedor del fatídico desenlace desde primera hora de la mañana, también reprochaba los constantes incidentes que acumula esta céntrica calle de Miranda de Ebro.

Al margen de las incontables peleas y disputas que semanalmente se suceden en el entorno de la calle Juan Ramón Jiménez, lo cierto es que en apenas un año notorios han sido los incidentes que han hecho saltar las alarmas: desde la brutal agresión a un varón de 48 años que fue abandonado junto a su coche en septiembre de 2022, hasta el reciente incendio de un vehículo de un vecino que asegura que el fuego fue provocado.

«Era cuestión de tiempo que pasase una desgracia como esta», puntualizaba Alfonso. Desde su punto de vista, la situación por la que desde hace tiempo atraviesa la calle Juan Ramón Jiménez es «muy preocupante, da hasta miedo» puesto que, a pesar de los incontables incidentes que se registran, el asunto no parece estar «ni controlado ni vigilado». Al igual que otros vecinos, demanda acción por parte de las autoridades competentes porque «pasan muchas cosas, pasan constantemente, y en cualquier momento podría producirse una desgracia aún mayor, teniendo en cuenta incluso lo que acaba de ocurrir».

Esther, por su parte, también se suma a la crítica de manera tajante: «estamos hasta las narices». Y este, en esencia, es el sentir de un vecindario donde las polémicas y las desgracias conviven con quienes tratan de hacer su vida con normalidad, pese al ruido, pese a los cristales rotos y pese a la sangre vertida, sin ir más lejos, esta madrugada bajo sus ventanas. Porque lo cierto es que un hombre ha fallecido en la calle del vicio y, a tenor del sentimiento percibido en el vecindario, esta era la crónica de una muerte anunciada.

Por el momento, a la espera de que se esclarezcan todos los detalles relativos al caso, la Policía Nacional ya confirma la detención de un varón, cuya identidad se desconoce, en la tarde de este lunes, 25 de septiembre, como presunto autor del supuesto homicidio.