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Cuatro años después de que las residencias se convirtieran en el punto crítico de la pandemia, aún no han terminado de corregirse las deficiencias estructurales que arrastra el sector. Así lo sostienen las trabajadoras y trabajadores de la Residencia de Mayores de Miranda de Ebro que no han dudado en instar a la Junta de Castilla y León, competente en esta materia, a resolver los problemas derivados de la falta de personal en estos centros.
Convocadas «a petición del personal de servicio de auxiliares de enfermería» por CCOO, y con la adhesión de todos los sindicatos del Comité de Sanidad y Familia —UGT, CGT, SAE, CSIF y SATSE—, decenas de personas se concentraron este miércoles, 11 de diciembre, a las puertas de la Residencia Mixta D. Francisco Hurtado y Dª María Mardones de Miranda de Ebro, sita en el número 2 de Callejonda. Bajo el lema «personal insuficiente igual a calidad deficiente», los trabajadores iniciaban así un calendario de movilizaciones para reclamar soluciones urgentes a una situación que consideran insostenible. «No podemos seguir en esta línea», apuntaron algunas de las empleadas.
«Falta de personal», la plantilla lo tiene claro. Pese a los recientes refuerzos anunciados, como la incorporación de cinco técnicos de atención directa, lo cierto es que «no cubren ni siquiera las bajas ni los permisos del personal». Una situación que consideran inadmisible, teniendo en cuenta que actualmente la residencia tiene ocupadas 185 de las 191 plazas disponibles.
«No queremos que nos tapen la boca con migajas», denuncian. Y es que «hay colectivos, como el personal de servicios, que necesitan más efectivos de manera urgente». De hecho, el personal de limpieza, cocina y lavandería también se encontraría al límite. «La lavandería es un colapso», reprochan las empleadas incidiendo en que cada día han de lavar, secar y planchar hasta 500 kilos de ropa, teniendo incluso que «doblar funciones».
En este contexto, las trabajadoras advierten que la situación está afectando la calidad del servicio que se presta a los residentes, cada vez más dependientes. «La calidad está bajando mucho, muchísimo», critican. No en vano, aunque «hace veinte años esto funcionaba de otra manera, ahora mismo la residencia va en declive».
Así las cosas, los manifestantes están dispuestos a continuar con las movilizaciones cuantos días se estime oportuno. Por lo pronto, este año la movilización continuará el día 18 de diciembre, así como los próximos días 8, 15, 22 y 29 de enero de 2025. Además, no descartan convocar una manifestación en febrero con el apoyo del tejido asociativo y político de la ciudad. «La idea es no parar. Seguiremos hasta tener una respuesta efectiva», concluyen.
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