Los pensionistas de Miranda concluyen un «curso» de reivindicaciones con sabor agridulce

Puntuales a la cita, los pensionistas de Miranda de Ebro volvieron a salir a la calle en su última concentración hasta después del verano para poner fin a un «sexto curso» cuyo balance califican de «agridulce». Y es que tras varios años de reivindicaciones, los progresos han sido modestos, razón por la cual su lucha en defensa de las pensiones —«de las nuestras y de las de los que vendrán detrás», según puntualizaban— continúa siendo una máxima en la agenda.

Así pues, este sábado, 29 de junio, un nutrido grupo de pensionistas se concentraba hacia la una del mediodía frente al edificio de la delegación mirandesa de la Junta de Castilla y León para, de nuevo, reclamar unas «pensiones públicas, dignas y suficientes». De acuerdo con una tradición que desde hace ya varios años congrega a los beneficiarios de las pensiones cada último sábado de mes, los pensionistas de Miranda se sienten «en común unión» con los miles de pensionistas que a lo largo y ancho del territorio nacional se manifiestan en defensa de las pensiones.

La megafonía del coche con el que algunos de los organizadores de la concentración llamaban a la participación ciudadana anticipaba una mañana de reivindicaciones que a las 13:00 horas se hacía completamente visible en la céntrica calle de La Estación de Miranda de Ebro. A esa hora se procedía a la lectura de un nuevo manifiesto donde quedaban patentes las principales reivindicaciones de los pensionistas.

«Tenemos agenda y la fuerza suficiente para mantener en las calles nuestras reivindicaciones, que son muchas», avanzaban. Y con el objetivo prioritario de lograr una pensión mínima de 1.080 euros, tal y como recoge la Carta Social Europea que garantiza algunos de los derechos fundamentales de la ciudadanía en materia civil, económica y social, los pensionistas de Miranda volvieron a exponer sus reclamos.

Al reclamo de la pensión mínima, se agrega la revalorización de la dotación conforme al IPC «real», pues el desfase de la cuantía de las pensiones en términos del Índice de Precios de Consumo estaría afluyendo en una pérdida generalizada del poder adquisitivo los pensionistas. Además, en esta ocasión, también quisieron denunciar «el deterioro del sistema público de salud» perceptible tanto a nivel nacional, como también local.

Y en este contexto, los convocantes anunciaban próximas concentraciones porque, aunque el balance global sea «agridulce», los pensionistas «no se dan por vencidos». Así pues, al término de la lectura del manifiesto, el grupo de pensionistas clamaba al unísono el lema de sus reivindicaciones: «gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden».

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