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Montefibre Hispania arranca el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para su factoría de Miranda de Ebro con la vista puesta en una «transición tecnológica» que le permitirá pasarse a la fibra de carbono, tras el desplome en las ventas de la fibra textil. ... Se trata de un proyecto ambicioso, con una inversión prevista de 10 millones de euros, que tendría que estar en marcha para mediados de 2019 y que convierte el ERTE en un «mal necesario».
Así lo asegura Alfredo Ares, de la Federación FICA UGT, quien sin embargo afirma que las condiciones del expediente son poco «satisfactorias»; «no cumplen con las expectativas trasladadas a la representación sindical», de ahí su malestar tras la firma del acuerdo, a principios de esta semana, y de aplicación durante los próximos diez meses, hasta septiembre de 2019.
Montefibre retomó la actividad en 2017, tras una inversión de 20 millones de euros, y estaba funcionando bastante bien hasta que se ha producido una importante caída de las ventas en los mercados asiáticos, principalmente derivada de la política exterior estadounidense. Así las cosas, la empresa ha optado por abandonar la fibra acrílica textil y pasarse a la fibra de carbono, de ahí la «necesidad» de un ERTE, reconoce Ares, para adaptar las instalaciones a la nueva producción.
Sin embargo, UGT critica la «dureza» del mismo. Afecta a 101 de los 150 trabajadores de la plantilla, que lo sufrirán un mínimo de nueve meses, y recibirán un complemento de 500 euros. Eso sí, el sistema de reparto es «ilógico». Los empleados que no trabajen recibirán el desempleo y el complemento, pero los que vayan incorporándose y trabajen por el tiempo suficiente para superar esa cifra de 500 euros solo recibirán su desempleo.
El modelo parace que «premia el desempleo, de forma que cuanto más tiempo se esté afectado más recimiento económico se recibe». Además, 25 trabajadores estarán abocados a buscar otro empleo, solicitando una excedencia especial, pues no tienen acumulados más de 4 meses de desempleo. Una vez que los consuman tendrían que subsistir con 500 euros de complemento.
A todo ello se suma la incertidumbre de las consecuenicas de la reconversión, pues nadie garantice que, tras los cambios, Montefibre vaya a requerir del mismo número de trabajadores con los que cuenta ahora. De momento, en UGT confían en que la firma cumpla con sus compromisos y realice la inversión prevista para que la plantilla tenga la confianza suficiente para «soportar un ERTE de esta dureza».
El expediente se ha empezado a aplicar esta semana, con la comunicación de las nuevas condiciones a los trabajadores, después de que la asamblea le diera el visto bueno el pasado 16 de noviembre. Se emitieron 58 votos, el 60% de la plantilla, y el resultado fue ajustado: 29 a favor y 27 en contra. Ahora solo queda esperar.
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