Miranda necesita la ayuda del voluntariado

El pasado 5 de diciembre se celebró el Día Internacional del Voluntariado y, a pesar de que en los últimos tiempos la ciudad de Miranda de Ebro reclama la presencia de más voluntarios en sus entidades sociales y benéficas, diversos organismos han aprovechado la efeméride para visibilizar su encomiable labor.

La Plataforma Mirandesa de Voluntariado, por ejemplo, celebrará el Día Internacional del Voluntariado con varios actos orientados a la reflexión sobre la participación social, especialmente, de la población más joven. Así, el próximo viernes, 9 de noviembre, a las 12:00 horas la Casa de Cultura acogerá una mesa redonda «donde nos gustaría que representantes de las diversas instituciones, asociaciones, colectivos, centros educativos y clubes de nuestra ciudad se unan e interaccionen con las reflexiones y valoraciones de los ponentes», pedían en un comunicado.

Por la tarde, la jornada de concienciación continuará en la Fábrica de Tornillos donde la Plataforma y el Programa Construyendo mi Futuro (CoFu) han preparado diversas actividades mediante las que esperan atraer a la ciudadanía mirandesa. Tatuajes de henna, clases magistrales de baile moderno, hinchables, murales colaborativos, pinchos…, serán algunas de las propuestas de la Plataforma que, asimismo mostrará al público dos atractivas iniciativas. Por un lado, a las 18:00 horas, varios participantes de CoFu representarán en la Casa de Cultura 'Teatro para tod@s', y por otro, a partir de las 22:00 horas se llevará a cabo en la propia Fábrica de Tornillos una clasificatoria freestyle del 'King of the Ebro 2023',«con temática social, asociativa y de voluntariado».

A la postre, lo que se pretende es concienciar a la población sobre la importancia de participar y ejercer labores de voluntariado porque lo cierto es que la vida avanza y quienes antaño colaboraban cada vez son más mayores como para continuar aportando su ayuda.

Ana es voluntaria en Cáritas. Tiene veintitrés años y, tras haber concluido la carrera de psicología, buscaba un modo de ampliar su experiencia profesional de cara a la búsqueda de un empleo vinculado a sus estudios. Ya había realizado más voluntariados durante su etapa estudiantil en San Sebastián, pero ahora, de nuevo en casa, sentía que disponía del tiempo suficiente como para colaborar con la sociedad. «Siento que mi tiempo libre lo invierto en algo que por lo menos ayuda a otras personas, me aporta cierta experiencia y me hace aprender», explicaba la joven.

Su caso es casi excepcional en Miranda. Hace tiempo que la ciudad demanda la presencia de más voluntarios, sobre todo jóvenes, y Miguel Ángel y Mercedes, otros dos de los veintitrés voluntarios que actualmente colaboran con Cáritas, no dudan a la hora de solicitar más ayuda.

Dos décadas de voluntariado han sido suficientes para comprobar que toda ayuda es poca. Actualmente obran en el 'Centro de Día para Personas Sin Hogar' ofreciendo compañía a los más vulnerables, preparando la comida y supervisando el correcto funcionamiento de este servicio de Cáritas en Miranda.

Su generosa colaboración a veces va en detrimento del disfrute de su tiempo de ocio porque la escasez de voluntarios muchas veces les obliga a «doblar turnos» y a dedicar más días de los previstos a la atención de las personas más desfavorecidas. Así pues, «hasta que el Gobierno sea capaz de solucionar este problema, necesitamos más ayuda de voluntarios», declaraban unánimes.