Miranda se va de fiesta a los barrios

El Paraje de Fuentecaliente de Miranda de Ebro retorna a la normalidad después de un fin de semana festivo en el que los vecinos de la zona no desaprovecharon la ocasión de disfrutar del buen ambiente sembrado en apenas un par de calles. Por segundo año consecutivo y tras más de una década de sequía festiva, la Asociación de Vecinos de la urbanización impulsaba una nueva edición de estos festejos en aras de dinamizar el barrio y evocar aquellos tiempos pasados, cuando Fuentecaliente congregaba a centenares de mirandeses en torno a sus fiestas.

Pero los de aquende no fueron los únicos con ganas de celebrar. Allende el Ebro, los vecinos de Bayas organizaban sus propias fiestas en honor a su patrona, Santa Ana. Unos festejos que se iniciaban el pasado jueves, 25 de julio, con el tradicional chupinazo, y se prolongaban hasta el domingo con una variada programación mediante la que, asimismo, potenciaron el barrio.

Desde que Santa Lucía y Bardauri inauguraran la temporada sin descanso de fiestas de verano en la ciudad del Ebro, Miranda atiende a multitud de convocatorias que no se circunscribieron en exclusiva al último fin de semana de julio. En efecto, en Fuentecaliente disfrutaban de la música, la gastronomía y la vida vecinal al tiempo que en Bayas hacían lo oportuno, pero el lindante Poblado de Los Ángeles convocaba una misa de difuntos como preámbulo de las fiestas que este jueves, 1 de agosto, comienzan.

Con motivo de la festividad de nuestra Señora de Los Ángeles que el viernes, 2 de agosto se celebra, la Asociación de vecinos del Poblado ha presentado un programa repleto de actividades que culminará el próximo domingo con una sesión de fuegos artificiales. Previamente, el cohete anunciador pregonará oficialmente el inicio de unas fiestas en las que habrá cabida para los New Judas, para una morcillada, una paella popular un mercado solidario e incluso una ruta en bici.

Así las cosas, de fiesta en fiesta, los vecinos del centro neurálgico de la ciudad, anotan una nueva cita en su almanaque particular para, como viene siendo habitual, no faltar al encuentro.

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