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«¡Qué calor! Esto es insufrible» Este era el comentario generalizado en la jornada de este miércoles, 23 de agosto, cuando en Miranda de Ebro se registraba la temperatura más alta no sólo de Castilla y León, sino de todo el territorio nacional, de acuerdo ... con la Agencia Estatal de Metereología: 43,9 grados centígrados llegaba a marcar el mercurio, a las 16:40 horas, en un día en el que se batía el récord de todos los récords.
Y es que jamás se habían alcanzado temperaturas similares, desde que se tienen registros, en esta pequeña ciudad de Burgos, situada en el norte de la provincia donde se acostumbra a tener unos veranos más bien frescos. Además, la temperatura mínima no bajaba de los 20 grados lo que hacía que los mirandeses pasasen una mala noche, sin poder recuperar fuerzas, al no estar la mayoría de las viviendas preparadas para tan elevadas temperaturas.
Como si hubiesen dado la vuelta al mapa y emulando lo que fuera el verano más caluroso en la ciudad a orillas del Ebro -el de 2022- a las 22:30 horas aún marcaba el termómetro 31 grados. Ya caído el sol, la gente salía a la calle a «tomar la fresca, si es que así puede decirse», en terrazas y bancos de parques y vías públicas. Anteriormente, las piscinas municipales y privadas, estaban abarrotadas de usuarios que intentaban refrescarse en un día que pasará a los anales de la historia como el más caluroso, hasta el momento, de todos los registrados.
En las piscinas del polideportivo, por ejemplo, a pesar de todos los problemas surgidos por la dimisión de muchos socorristas que abandonaban su cargo por los incumplimientos de sus derechos y condiciones laborales por parte de la empresa subcontratada por el Ayuntamiento de la ciudad, niños y mayores se lanzaban al agua, en un abarrotado recinto en el que, a media tarde, no había un hueco a la sombra y las colas eran eternas en el bar para tomar un refrigerio e hidratarse, con un parking sin plazas libres y coches que ocupaban buena parte del arcén de la carretera conocida como la del PENBU.
No obstante, ni siquiera el agua resultaba un alivio: «Es la primera vez en mi vida que paso calor nadando», reconocía un usuario de las instalaciones municipales. La vida, por la noche, ha continuado en las calles, sin necesidad de chaqueta ni nada similar, sino todo lo contrario, con ganas de aire acondicionado -solo para unos pocos afortunados por estos lares-, de beber algo fresco y de soñar con un descenso térmico.
Sin embargo, este jueves los termómetros no darán respiro a los mirandeses puesto que las previsiones apuntan a que, es probable, que la temperatura ascienda aún más, en lo que puede llegar a situarse como récord de temperaturas registradas en el día que, se supone, finaliza la cuarta hora de calor del país.
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A partir del viernes, eso sí, se pronostica un descenso térmico. Cuesta imaginarlo, pero incluso en el fin de semana las previsiones no son nada halagüeñas para los amantes del verano. Las temperaturas máximas no superarán los 20 grados para recordar a mirandeses y forasteros en el norte de España que, superadas las primeras horas de la tarde, en seguida es hora de la tradicional rebeca o cazadora, indumentaria elemental en cualquier verano que se precie por esta tierra.
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