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Vista aérea de Miranda, que poco a poco va recuperando su dinamismo industrial. GIT
Miranda despierta de su letargo con un centenar de inversiones empresariales en tres años

Miranda despierta de su letargo con un centenar de inversiones empresariales en tres años

La ciudad del Ebro, golpeada como pocas por la crisis, está levantando poco a poco su economía y presenta crecimientos superiores a los de todas las ciudades del entorno | La consecuencia directa es el primer crecimiento demográfico desde que estallara la crisis

Jueves, 2 de enero 2020, 08:51

La crisis económica golpeó duro a Miranda de Ebro, que en apenas unos años vio cómo su histórico dinamismo industrial se diluía en una maraña de expedientes de regulación y cierres de empresas. La clausura de factorías como Rottneros, Garoña, Gamesa o MAC dañó los ... cimientos económicos de la ciudad, que se sumió desde entonces en una profunda depresión. Sin embargo, la ciudad del Ebro parece que poco a poco va despertando de su letargo, gracias a la llegada de nuevas inversiones empresariales.

Según los datos recopilados por Miranda Empresas, la oficina de captación de inversiones del Ayuntamiento de la ciudad, entre 2016 y 2019 -periodo de actividad de la propia oficina-, se han ratificado un centenar de inversiones empresariales, destinadas tanto a la implantación de nuevos negocios como a la ampliación de algunos ya existentes.

Especialmente significativa ha sido la llegada de varias grandes empresas del sector logístico, como SEUR (con un gran centro logístico y otro almacén independiente) o la Terminal de Contenedores de Miranda (TCM) implantada en los antiguos terrenos de Rottneros.

Especialmente significativa ha sido la llegada de grandes inversiones, como las de Seur el TCM o Aciturri

Otro de los grandes referentes en los últimos años ha sido Aciturri, que ha vuelto a apostar por la tierra que la vio nacer con la construcción de una nueva planta en Ircio, un polígono que está empezando a cumplir el papel que se le presupone, con la llegada de empresas como Neelam, Hidroaraba, CTC, Mecalaser o Rozman, entre otras.

A la llega de todas ellas, complementada con la apertura de negocios del sector comercial, como Decathlon, se les suman las numerosas ampliaciones y nuevas inversiones afrontadas por parte de empresas ya implantadas con anterioridad y la reserva de suelo a futuro. De hecho, a la espera de concretar los respectivos proyectos, Miranda Empresas confirma la reserva de otras 24 parcelas en alguno de los polígonos repartidos por la ciudad (Bayas, Ircio, Las Californias, Las Matillas, La Narra y Rottneros).

Mejor que las ciudades del entorno

Con estos datos sobre la mesa, Miranda puede presumir de contar actualmente con la mejor dinámica económica de todo el entorno. Ni una sola ciudad -capital de provincia o ciudades de un tamaño similar a Miranda- de la zona centro-norte de España presenta los registros que arroja la ciudad del Ebro. En concreto, el crecimiento es de un 9,9% de empresas industriales en tres años.

Eso sí, ese crecimiento, de momento, no compensa el retroceso observado entre 2012 y 2016, cuando el número de empresas industriales de Miranda se vio reducido en un 18,12%, un ratio muy superior al de otras ciudades del entorno.

Consecuencias

Sea como fuere, la tendencia es alcista y parece que sostenida en el tiempo. Y esa circunstancia está teniendo ya un reflejo directo sobre los principales índices socioeconómicos de la ciudad, empezando por el empleo. No en vano, el desempleo en Miranda, que alcanzó niveles históricos en 2009, ha ido retrocediendo y desde 2016 se ha reducido un 31%. Al cierre del ejercicio, se contabilizaban alrededor de 2.100 parados en la ciudad.

Paralelamente, el volumen de afiliaciones a la Seguridad Social, otro de los principales indicadores del pulso económico de una sociedad, se ha visto incrementado en un 7,7% hasta alcanzar los 10.941 cotizantes.

Más población

Y todo ello ha condicionado otro gran índice muy castigado por la crisis, como es la población. De hecho, el caso de Miranda es paradigmático en este sentido. No en vano, la ciudad, históricamente sujeta a incrementos poblacionales, alcanzó su cénit en 2008, año en el que rozó los 40.000 habitantes (39.589). Entonces llegó la crisis, y a raíz de ella, la sangría poblacional parecía imparable, perdiendo 3.667 habitantes (un 9,3% del total) hasta 2016, cuando se tocó 'suelo' con 35.922 habitantes.

Ahora, sin embargo, la tendencia se ha reconducido, y los últimos datos oficiales indican una leve recuperación de la población (91 personas), que ha permitido volver a superar la barrera de los 36.000 habitantes.

En este sentido, el cambio de tendencia viene totalmente determinado por el positivo saldo migratorio, que ha compensado con creces el crecimiento vegetativo, instalado en índices negativos desde hace mucho tiempo (cada vez se registran menos nacimientos y más defunciones).

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