Seis asesinatos machistas en solo 24 horas. Ese es el balance de un fin de semana negro que ha suscitado la repulsa colectiva en distintos puntos de la geografía española, incluida Miranda de Ebro donde más de medio centenar de personas volvieron a congregarse este lunes, 1 de julio, en la confluencia de la calle de la Estación con Francisco Cantera.
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Reivindicativas, regresaban al corazón de Miranda tan solo cuatro días después de que el grupo feminista Mujeres en la Calle convocara, como cada último jueves de mes, su concentración «contra las violencias machistas». No en vano, los lamentables crímenes machistas del pasado sábado lograron despertar la «rabia» de quienes cada día luchan por terminar con esta «lacra social».
En estos términos se expresaba Marian Rocandio, la activista y defensora de los derechos de la mujer que se encargó de leer el comunicado para mostrar su «repulsa e indignación» por los recientes sucesos.
«¿Cuántos asesinatos más de mujeres habrá que llorar para que la violencia machista se considere un asunto de Estado prioritario?», cuestionaba Rocandio. Acto seguido, reivindicaba «un comité de crisis permanente» contra lo que definió como «terrorismo machista».
Y es que tras un 2023 que arrojó los peores datos del lustro en términos de feminicidios, a lo largo de este 2024 quince menores y treinta y cinco mujeres ya han sido víctimas de crímenes de esta índole. Seis de ellas engrosan las listas desde este fin de semana, pero las decenas de personas allí congregadas no quisieron desaprovechar la ocasión humanizar las cifras y rendir un homenaje a sus víctimas.
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«Cansadas» de los minutos de silencio, las mujeres, en la calle de Miranda, rindieron un nuevo minuto de silencio como muestra de respeto hacia las víctimas, aunque con la esperanza de no tener que repetirlo en una próxima convocatoria. A la postre, citando a la propia Rocandio, «esta lucha no tiene que terminar aquí y ahora», sino que «tenemos que aunar nuestras fuerzas y entre todas y todos conseguir que esto tenga fin».
María Angustias y Laura, madre e hija, fueron asesinadas por el exnovio de la joven en Zafarraya, Granada. Petra, de 76 años, falleció en Fuengirola a manos de su marido. Y Ammal, de 44 años, fue asesinada junto con sus dos hijos, de 3 y 9 años, en Las Pedroñeras, Cuenca.
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