Lluvia de disfraces en el Carnaval de Miranda de Ebro

Precisamente en el sábado se halló el foco de la diversión para la gran mayoría. Desde primera hora comenzaban a pasearse por la ciudad personajes de lo más atípicos en cualquier otra fecha del año. Muchos fueron los clásicos -piratas, brujas, payasos...-, pero también hubo quien quiso innovar, incluso pese a la lluvia del mediodía: fregonas andantes, duchas móviles y otros útiles domésticos destacaron en una celebración a la que también llegaron tanto el fenómeno Barbie como el patrio Fernando Alonso. Mas no fueron los de Aston Martin los que participaron en el desfile de disfraces vespertino, sino los de un Ferrari de escudo mirandés.

«Son mis favoritos», sentenciaba Raquel, una de las espectadoras. «Cuando lleguen a la Plaza de España les voy a pedir que me dejen hacerme una foto dentro del Ferrari», apuntaba después. Y no era la única con ese pensamiento, pues como ella, centenares de personas, disfrazadas o no, se aglomeraron a lo largo y ancho de la calle de la Estación para disfrutar de un desfile con rumbo al casco histórico mirandés.

Desde por la tarde quedó patente el espíritu festivo. Incontables fueron las personas que acudieron en masa al pasacalles, tal vez, animadas por los ritmos de las batucadas y la música de las charangas que acompañaban la comitiva de disfraces. Citadas a las 19:00 horas frente a la Junta de Castilla y León, las charangas New Gufis y Los Txipirones, así como las batucadas Batuskirla y Batuketa escoltaron el trabajo artístico de ilusionantes comparsas, grupos y particulares.

Un tablero de ajedrez, personajes del videojuego Mario Kart, un grupo de charleston y un largo etcétera se añaden a la lista de extravagancias en el carnaval mirandés de 2024. Mucha creatividad, pero sobre todo mucho trabajo, pudo percibirse entre los participantes en el desfile. No en vano, más allá del jolgorio, la mayoría de los asistentes participaban en el concurso de disfraces cuya entrega de premios se haría efectiva el domingo. Es por eso por lo que al concluir la marcha en la plaza de España, se produjo la clásica actuación sobre el escenario habilitado para la ocasión de las fanfarrias y de los grupos y personas participantes en el concurso de disfraces.

Casi caía la tarde cuando la verbena habilitada para amenizar la tarde del domingo en la calle de La Estación cesaba su actuación para dar paso a la entrega de premios del certamen. Y recurriendo a los paralelismos -aunque salvando las distancias- podría decirse que 'La gran invasión alienígena' fue al concurso de Carnaval mirandés lo que 'La sociedad de la nieve' de Bayona a los premios Goya de la noche previa.

El grupo extraterrestre logró el primer puesto en la modalidad de grupos de más de nueve personas, donde además también fue reconocido en las categorías de originalidad y maquillaje. A este respecto, la medalla de plata recayó en 'Salamirandesas', mientras que la de bronce, en 'Toma Jeroma pastillas de goma'.

Los quintos clasificados en esta categoría resultaron ser primeros en la de carros engalanados: 'Engranajes de garaje' se alzaba victoriosa e inmediatamente después quedaban clasificados 'Krestimatillas. La unión hace la fuerza' y 'Gran Premio de Miranda'. En cuanto a los grupos de tres a ocho personas, el pódium fue conformado por 'Los guardianes de Carnaval', primero, 'Azúcar', segundo, y 'Momentos Polaroid' después. Las 'Reinas de África' conseguían el triunfo en la modalidad de parejas y 'Dulce' volvía a proclamarse ganadora en la categoría individual.

Finalizada la entrega de premios y concluido el fin de semana, muchas han sido las personas que en este lunes, 12 de febrero, han tenido que regresar a sus puestos de trabajo todavía con algo de resaca emocional. Entre ellas, no se encontraban los niños y niñas de Miranda, que todavía han podido disfrutar de una última jornada no lectiva para ellos. Precisamente han sido los más pequeños quienes se resistían a quitarse el disfraz en este lunes, paseando con orgullo sus más dignos disfraces por las calles de una Miranda que hoy miraba con cierta envidia a los escolares.