Íñigo de Velandia, de Miranda de Ebro y Grande de España

Concretamente centró el coloquio en la figura de uno de los hermanos más distinguidos por sus méritos militares: Íñigo de Velandia Arce y Arellano. Natural de Miranda de Ebro, fue un hidalgo y soldado de los Tercios de Flandes que consiguió ser nombrado Virrey de Navarra y Grande de España durante el reinado de Carlos II.

Segundogénito de Gaspar de Velandia Arellano y de su esposa Leonor de Arce, Íñigo de Velandia nació en la casa solariega que sus padres tenían junto a la torre-campanario de la iglesia de San Juan que, aunque ruinosa, todavía hoy subsiste en Miranda de Ebro.

A este respecto, Chechu apuntaba que «es importante que luchemos por la conservación y restauración de este tipo de edificios porque preservan parte de nuestra historia». Nos permiten conocer a personajes como los Velandia, «unos mirandeses que lamentablemente son absolutos desconocidos para la mayoría», apostillaba.

Prosiguiendo con el relato del segundo hijo de Gaspar y Leonor, el comunicador explicaba que, a pesar de pertenecer a una buena familia, la infancia de Íñigo fue complicada, «como la de cualquier niño de la época». Permaneció en Miranda —habitada entonces por unas trescientas personas— hasta que a los 18 años partió a Malta para formarse militarmente y prestar el trienio obligatorio de servicios en galeras.

Desde entonces su méritos ya son parte ineludible de la historia de nuestro país. Valeroso alférez de la infantería española del Ejército de Flandes, sirvió militarmente durante el infructuoso intento de recobrar Maastrich. Después marchó a Italia donde, contienda tras contienda, pasó buena parte de su vida ya que lo cierto es que Íñigo de Velandia «dedicó su vida a guerrear contra los franceses».

Su valor y su valentía le llevaron a ascender militarmente de rango y a obtener numerosas distinciones entre las que sobresale la de virrey de Navarra y la de Grande de España que obtuvo poco antes de morir.

No cabe duda de que la labor de este mirandés fue crucial en la historia militar de su momento. Es por eso que Chechu González trabaja cada día por recuperar y poder reconstruir el relato de vida de quien probablemente sea hasta la fecha el mirandés más ilustre de nuestra historia. Divulgar el conocimiento sobre él contribuye a que su historia no caiga de nuevo en el olvido.

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