Las tres personas heridas, un hombre de 75 años y dos mujeres de 66 y 69 años, durante el incendio que se produjo ayer tarde durante el montaje del belén en la parroquia de Santa Casilda de Miranda de Ebro ya se encuentran en sus ... domicilios. Según ha explicado la parroquia, a través de un comunicado publicado en sus redes sociales, las víctimas han sido dadas de alta tras recibir asistencia médica en el hospital.
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En concreto, el varón de 75 años resultó con quemaduras en la cara y en el cuello, lo que hizo necesario su traslado al Hospital Universitario de Burgos. Mientras, las dos mujeres fueron atendidas en el Hospital Santiago Apóstol de Miranda por inhalación de humo. Y los tres han sido dados de alta, tras una jornada «difícil y triste», que afortunadamente se ha quedado en poco más de un susto para lo que podía haber sido.
El fuego se declaraba sobre las cuatro de la tarde, mientras los belenistas estaban trabajando en el montaje del Nacimiento, un proyecto que había comenzado semanas atrás y que estaba muy avanzado. Si bien todavía se están analizando las causas, todo apunta a un fallo eléctrico durante el montaje. Al ver las llamas, los belenistas intentaron apagar el fuego con sus propios medios, y acabaron heridos.
Hasta el lugar se trasladaron dotaciones del parque de bomberos de Miranda, también Policía Nacional y Emergencias Sanitarias-Sacyl, con una UVI móvil y una ambulancia de soporte vital básico. Los bomberos tardaron casi cuatro horas en concluir la intervención, tras apagar el fuego, comprobar que no quedaba ningún foco de calor y ventilar el templo, que se había cargado de humo. Fue necesario romper una de las ventanas superiores para las labores de ventilación.
Ahora, el templo se encuentra cerrado, mientras se arreglan los desperfectos. De ahí que la parroquia haya habilitado su salón parroquial para la celebración de los actos religiosos previstos.
Desde la parroquia de Santa Casilda agradecen el trabajo de los servicios de urgencias, policía y bomberos, «por su rápida actuación». Y a todos aquellos que se han ofrecido a ayudar para que el templo vuelva a la normalidad. De momento, toca esperar a que se evalúen los daños, se dé parte a los seguros y se afronten los arreglos. «Ha sido un día difícil y triste, pero damos gracias a Dios ya que los afectados están dados de alta y recuperándose en su casa y el templo, aunque dañado, sigue en pie», apunta la parroquia.
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