A un mes escaso del comienzo de los festejos navideños, el Banco de Alimentos de Burgos emprende una gran campaña de recogida de alimentos mediante la que se pretende saciar la elevada demanda a la que responden desde hace meses. Y es que la elevada ... inflación, desencadenada sobre todo a raíz de la declaración de guerra en Ucrania, ha acusado las dificultades económicas de numerosas familias españolas a las que cada vez les resulta más difícil hacer frente a todos los gastos del día a día.
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Conscientes de la problemática, en Caritas Miranda han movilizado a varias decenas de voluntarios para iniciar una campaña de concienciación en los supermercados de la ciudad a fin de conseguir donantes asociados a esta causa. Para ello, han recurrido a una nueva fórmula que, además de cubrir las necesidades alimenticias de las familias necesitadas, fomenta la autonomía económica de quienes recurren a la caridad.
Comenzaron ayer y concluyen en la tarde de este sábado, 26 de noviembre. Organizados en turnos de dos horas y media, decenas de voluntarios colaboran con esta «Gran Recogida de Alimentos» cuyo nombre no atiende del todo a su finalidad. Y es que no se está gestionando una recogida de alimentos al uso, sino que se están fomentando las donaciones económicos en las cajas de los supermercados de Miranda para que luego el Banco de Alimentos gestione el reparto de la cuantía recaudada en forma de bonos. «Es la única forma de que las personas que recurren al Banco de Alimentos puedan ingerir alimentos frescos como verduras o pescado», explicaba Mari Luz Eguiluz, una de las voluntarias.
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Pilar Íñiguez, otra de las voluntarias participantes en la campaña, señalaba que en términos generales los consumidores están siendo bastante solidarios y curiosos: «Aunque hay quien pasa por delante sin mirarnos, muchos vienen a pedirnos información», apuntaba. Asimismo, destacaban la labor de las cajeras, que constantemente recordaban a los usuarios de sendos supermercados que podían donar una cantidad de dinero al Banco de Alimentos.
Sabedoras de que «cada uno aporta en función de lo que puede», las voluntarias aplaudían la generosidad de «una señora mayor que ha donado doscientos euros». Por el momento, se sienten satisfechas con su labor porque saben que la información que están aportando está contribuyendo a aumentar la cartera de donativos, pero todavía no se conforman. «Tenemos que intentar, en la medida en que podamos, convencer a la gente para que done dinero porque los bancos de alimentos no pueden hacer frente a una demanda cada vez más elevada», concluía Mari Luz.
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