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Cine Novedades de Miranda de Ebro. FAMILIA ACHA
Cine en Burgos: La familia Acha, trabajo y pasión: la conjunción que hizo posible el cine Novedades

La familia Acha, trabajo y pasión: la conjunción que hizo posible el cine Novedades

Esta es la historia de cómo esta familia llegó hace 25 años a Miranda, reformó un cine cerrado e hizo posible la 'magia' en el único cine de la ciudad burgalesa | Con la muerte de su gerente en enero, Iñigo, el futuro del cine quedó en el aire

Sábado, 12 de diciembre 2020, 09:15

«La vida no es como en las películas, es más difícil». En esa oda al cine que es 'Cinema Paradiso' el proyeccionista Alfredo le resume su trabajo a Totò en una frase. Esta describe muy bien la relación de la familia Acha con el ... cine Novedades de Miranda de Ebro, la única sala que funcionaba en la localidad burgalesa. Así era hace unos 25 años, cuando la familia lo cogió, y así ha seguido siendo hasta este mes de enero, cuando Iñigo Acha, el gerente, falleció. Regresando a 'Cinema Paradiso', Alfredo le dice a Totò: «Aquí eres como un esclavo. Siempre trabajas como un burro, incluso en las fiestas, la Pascua, Navidad. Solo estás libre el Viernes Santo y te aseguro que, si a Jesucristo no le hubieran crucificado, también se trabajaría en Viernes Santo». Pero ese proyeccionista también se sentía un poco responsable de las risas y las emociones que provocaban las películas en la gente de su pueblo. Y eso era la mejor recompensa.

Edurne, hermana de Iñigo, recuerda que su padre, Emilio Acha, les enseñó a trabajar duro y, respecto a la gestión del cine Novedades, les advirtió de que «si no estábamos dispuestos a estar por la gente, a dar lo mejor para el espectador, no tenía sentido que estuviésemos allí». Y así lo hicieron, en los años finales de esta sala, los hermanos Iñigo y Marisa. El 27 de enero falleció Iñigo, un golpe duro para la familia Acha y para la familia de cinéfilos que crearon y mantuvieron en Miranda. «Durante algunos días, después de su muerte, no podíamos mover la verja del cine de la cantidad de flores y ramos que los mirandeses depositaron en ella. El 25 de junio era su cumpleaños y volvió a ocurrir. Nos han escrito unas cosas preciosas. Hemos sentido el cariño de los mirandeses», reconoce emocionada Edurne.

Algunos días después de la muerte de Iñigo Acha la verja del cine Novedades no se pudo mover. Se había convertido en un altar con flores en homenaje

El cine, un miembro más de la familia

Con 14 años, Emilio Acha, padre de Edurne, Nekane, Iñigo, Mari Jose y Marisa, empezó a trabajar para una distribuidora cinematográfica de botones. En su casa se necesitaba el dinero. Como muchos españoles, el padre de Emilio fue represaliado por motivos ideológicos y políticos y estaba encarcelado en Francia, por lo que a Emilio le tocó ponerse a trabajar muy pronto mientras su madre hacía lo propio en Altos Hornos de Vizcaya.

Emilio siguió trabajando para esta distribuidora y cuando comenzó el servicio militar se ofreció para llevar el cine del cuartel, que estaba sin uso. Con un proyector Super 8 y con el trato que tenía con las casas de películas empezó con ello, otra forma más de ayudar económicamente en casa. La vida de Emilio se ligó rápidamente al cine y así siguió hasta que acabó siendo gerente de Warner Bros para la zona norte de España, en Bilbao, y gerente de Vitoriana de Espectáculos S.A. de Vitoria (VESA).

El padre, Emilio Acha, se pasó la vida viendo películas e intentando encontrar lo que más podía gustar al público

Emilio se pasó toda la vida viendo películas e intentando encontrar lo que más podía gustar al público. Recuerda Edurne que, cuando su padre trabajaba en Bilbao, llevaba a toda la familia a los preestrenos para ver su reacción. «Él y mi madre iban todos los años al Festival de Cine de San Sebastián y lo vivían muy intensamente. Era un día muy importante, al igual que la gala de los Óscar. Esa noche nos quedábamos viendo la gala y al día siguiente nos dejaban saltarnos el colegio», recuerda.

El cine ha sido un miembro más de esta familia. No extraña la afirmación de Edurne, «somos muy cinéfilos. Vemos casi todo lo que hay en cartelera y mis hijos también lo hacen ahora». Recuerda que cuando su padre era gerente de Warner Bros tenía entradas gratis y ella se podía pasar tardes viendo hasta tres sesiones seguidas. Así hemos sido todos los hermanos, muy frikis de las películas».

La familia Hacha y el cine Novedades

Estado del cine Novedades en 1994 cuando la familia Acha llegó a Miranda. FAMILIA ACHA
Imagen principal - Estado del cine Novedades en 1994 cuando la familia Acha llegó a Miranda.
Imagen secundaria 1 - Estado del cine Novedades en 1994 cuando la familia Acha llegó a Miranda.
Imagen secundaria 2 - Estado del cine Novedades en 1994 cuando la familia Acha llegó a Miranda.

Llegó un momento en el que Emilio no se sentía a gusto con las decisiones de la empresa para la que trabajaba. «Era un hombre convencido de que en el cine había que dar lo mejor para el espectador. Así que dejó la empresa y se dedicó a contratar películas para otras personas en Vitoria, donde había muchos cines, y a hacer la programación de salas».

Emilio Acha era un hombre convencido de que en el cine había que dar lo mejor para el espectador

Cuando dejó de programar en Vitoria, Emilio propuso a su mujer encontrar un negocio que se pudiese gestionar entre toda la familia. Su esposa, «una riojana muy bragada que valía para todo» le dijo que sí, que allá donde fuera se iba con él y trabajarían. Emilio tenía algunos amigos en Miranda y se abrió la posibilidad de renovar ese cine, el cine Novedades, que llevaba mucho tiempo cerrado.

Y allá que se metió la familia Acha hace 25 años. Emilio tuvo que pedir mucho dinero para asumir la reforma y todos trabajaron en la limpieza y desescombro durante un verano. Estrenaron en septiembre con 'Los Picapiedra'.

Hace 25 años no había ningún cine en Miranda y la familia Acha volvió a llevar vida, cultura, arte, emociones y sensaciones al cine Novedades. «Costaba llenar la sala», recuerda Edurne. A los 10 años falleció su madre y su muerte afectó mucho a toda la familia, pero, sobre todo, a su padre, que ya no volvió a ser el mismo.

«Iñigo era ingeniero forestal y no tenía nada que ver con esto. Si no hubieran pasado así las cosas igual no habría acabado en el cine»

En ese momento, Iñigo y Marisa comenzaron a hacerse cargo del cine, aprendiendo de su padre. «Iñigo era ingeniero forestal y no tenía nada que ver con esto. Si no hubieran pasado así las cosas igual no habría acabado en el cine», reflexiona su hermana. Pero la vida le puso en esa tesitura y enfrentó el reto: sacar adelante lo que su padre había querido tanto, el proyecto de toda la familia, el cine Novedades. «Se obcecó y el cine era el centro de su vida», recuerda su hermana Edurne. Tanto fue así que se fue a vivir cerca del cine, «así podía acudir rápidamente a mirar la temperatura, comprobar que todo estuviese correcto, triangular el sonido. Quiso llevar el cine Novedades a lo máximo», apunta.

Un legado inolvidable

Un proyector del cine Novedades en 1994. FAMILIA ACHA

Llevar estrenos a Miranda, un cine de un entorno rural, es complicado pero necesario. Entrar a esa sala oscura que es un cine es un viaje íntimo y personal. Más allá del ocio supone un ejercicio de reflexión y pensamiento que toda persona debería poder experimentar. Miranda es una plaza pequeña, pero para Iñigo era la más 'grande'. «El mundo de las distribuidoras es complicado, mi padre sabía cómo capearlos, pero Iñigo lo llevaba peor y le afectaba mucho cuando no le daban, después de muchas películas, los estrenos», recuerda su hermana.

Iñigo Acha es un nombre que Miranda no olvidará. Él y su hermana Marisa se han encargado de llevar cine a esta localidad burgalesa todos los días de la semana, excepto los jueves, «y si el jueves era festivo, también había cine», como Alfredo explicó a Totò. La familia espera que los encargados de reabrir el cine aporten lo mejor a los mirandeses. «El cariño que nos ha mostrado la gente es mutuo», reconoce Edurne.

Por ello, esperan que la forma de entender el cine de la familia Acha no caiga en el olvido, se mantenga. «Iñigo ofrecía muchas sesiones con 20 personas, pero es que igual no podían ir otro día. Este cine apostaba por hacer posible que el máximo número de personas pudieran disfrutar de este arte», señala Edurne.

Y eso conllevaba trabajo constante, mejoras, inversión. «Mi hermano estaba constantemente haciendo mejoras. El cine Novedades, de una ciudad como Miranda, tenía una tecnología envidiable. Podría haber sobrevivido con una proyección peor», apunta, pero eso no era cumplir con lo deseado por Emilio Acha, dar lo mejor por el espectador.

La familia Acha solo espera que «Miranda tenga lo que se merece»

Ahora que la familia Acha se desvincula del cine Novedades físicamente. La propiedad no es suya y la han mantenido durante la pandemia de la covid-19 pero se hacía inviable continuar con ello. Solo esperan que «Miranda tenga lo que se merece». Su separación es solo física; la huella, la firma, la filosofía y la forma de entender el cine de la familia Acha siempre formará parte del cine Novedades, porque ellos lo convirtieron en una realidad. Ellos hicieron posible el surgir de esas sensaciones imposibles de lograr de otro modo, esas que afloran cuando se apagan las luces y se enciende el proyector. En Cinema Paradiso el cine acaba siendo solo un recuerdo. La desidio, el olvido acaban con él antes de que lo haga la empresa de demolición, el cine Novedades merece un futuro mejor porque la familia Acha sembró la semilla para ello.

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