El espíritu de 'Pulgares Arriba' impulsa otro fin de año solidario en Miranda de Ebro

Con la llegada del fin de año, Miranda de Ebro no solo celebra el cambio de calendario, sino los buenos propósitos propios de una ciudad que, desde hace años, se sumerge en masa en una marea solidaria de color naranja. La San Silvestre mirandesa así lo promueve mediante una iniciativa que, impulsada por 'Pulgares Arriba', viste a la sociedad mirandesa con un importante mensaje serigrafiado en una camiseta naranja: «Dona Médula, regala vida».

Este martes, 31 de diciembre de 2024, el mensaje quedaba patente desde el inicio de la jornada, que arrancaba con una serie de juegos y actividades dispuestos en el entorno del parque Antonio Machado para todos los públicos, pero, sobre todo, para el infantil. Y es que el grupo 'Pulgares Arriba', conocido por su incansable labor de promoción de la donación de médula y cordón umbilical, citaba allí a la población mirandesa para participar en actividades que han despertado las sonrisas de los más pequeños, pero también de los más mayores.

Entre las propuestas, destacaba una 'Oca' gigante, así como un simulador de carreras de Fórmula 1 que ha suscitado la competitividad y la curiosidad de los asistentes. Juegos de mesa tradicionales, pinta caras y una batukada completaban la oferta de una mañana que ha logrado poner el foco en la importancia de la donación y la implicación ciudadana.

«Es maravilloso que se organicen estas cosas», comentaba Sonia, acompañada de sus dos hijos pequeños. «Los niños se lo pasan en grande, y además aprenden valores como la solidaridad», apostillaba después.

Pasadas las 18:30 horas, arrancaba una nueva edición de la San Silvestre mirandesa, que una vez más ha combinado el espíritu deportivo con la fuerza de la solidaridad. Como es tradición, la carrera infantil abría el evento con un recorrido adaptado que ha permitido a los más pequeños disfrutar del deporte al tiempo que se sumaban a la causa de 'Pulgares Arriba'.

Minutos después, tras un interludio musical firmado por algunos miembros de la Banda Municipal de Música, el pistoletazo de salida de la carrera principal congregaba a miles de corredores en la calle de La Estación. Allí se iniciaba una de las carreras de fin de año más multitudinarias que se recuerdan. «No había visto nunca a tanta gente corriendo», reconocía María, asidua entre el público de la San Silvestre.

Así pues, el naranja de las camisetas ha vuelto a ser protagonista: el recorrido de la carrera quedaba teñido por una marea naranja de corredores comprometidos con la causa. Si bien es cierto que había quien recurría al ingenio para participar en esta carrera no competitiva. Entre los disfraces, las diademas festivas y hasta algún participante en patines, no faltó el humor ni el ambiente festivo.

Sin embargo, algunas pequeñas modificaciones en el recorrido, unidas a la inmensa participación han propiciado que la cabeza de la carrera se tope con la cola en la céntrica rotonda de la 'M'. Y es que en esta ocasión, solo tenía habilitado un carril para los corredores, por lo que varias personas del público han optado por intervenir dividiendo el carril entre quienes emprendían la marcha y quienes la terminaban.

Anécdotas al margen, el primer corredor atravesaba la línea de meta transcurridos trece minutos desde el inicio de la carrera. Poco después, la primera mujer, Marta Alonso, hacía lo oportuno reconociendo que su fuerte, en cualquier caso, radica en las distancias largas. Tras ellos, centenares de corredores se aproximaban a la línea de meta entre sprints y exhaustos trotes que también han culminado el recorrido.

Con la marea naranja ya convertida en un recuerdo, Miranda de Ebro se prepara para una noche de fiesta que promete no defraudar. Desde los tradicionales cotillones en locales como la discoteca Orosco y el pub La Madre, hasta la iniciativa de varios bares de La Parte Vieja, que buscan recuperar el espíritu festivo de antaño con packs de consumiciones y música en vivo, la ciudad ofrece alternativas para todos los gustos.

El ambiente festivo dará paso a un nuevo año cargado de propósitos y sueños. Miranda, como cada 31 de diciembre, se resetea para despedir el año con alegría, fiesta y la esperanza de que el 2025 traiga nuevas oportunidades y motivos para celebrar.

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