Rodrigo García Zuazo
Rodrigo García Zuazo
Hay quien en tiempos de EBAU —la comúnmente conocida como selectividad—aprovecha para reivindicar un cambio en el paradigma educativo y, sobre todo, de evaluación. Incluso a sus noventa años de edad, Rodrigo García Zuazo, un pediatra jubilado de origen vasco y burgalés, confía en ... un cambio para evitar que personas «capaces y con vocación» se queden fuera del sistema por no alcanzar la nota de corte necesaria para cursar, por ejemplo, medicina.
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Así lo afirmó el doctor durante el acto de presentación del libro 'El corazón del médico late y siente' que este martes, 6 de junio, tuvo lugar en el salón parroquial de El Buen Pastor de Miranda. El médico presentaba allí sus memorias con motivo de 'La semana de la caridad' organizada por Cáritas hasta el próximo domingo, y habiendo hecho un recorrido por su vida profesional y también personal, García Zuazo dio pie a un turno de preguntas en el que la EBAU salió a colación.
Desde el punto de vista del doctor, «es un error que se exija una nota de acceso tan alta» en tanto que este criterio «garantiza buenos estudiantes, pero no la vocación». Y de acuerdo con su criterio, la «actitud» constituye una de las bases sobre las que se construye un buen profesional de la salud. Además, las buenas notas tampoco tendrían en consideración el contexto de estudiantes con mucho potencial que, por determinadas circunstancias —ya sea cursar los estudios en lengua extranjera o incluso la desmotivación derivada del propio sistema— no alcanzan la nota precisada.
Así las cosas, «muchas personas con vocación no pueden estudiar medicina, a no ser que se vayan al extranjero o tengan el dinero suficiente como para pagar una educación privada». Un contexto ciertamente elitista que dista de la situación laboral de la que después disfrutarán los médicos.
«De todos los médicos de Europa, los peores pagados somos nosotros, los españoles», lamentaba García Zuazo. Reacio a que se haga de la medicina «un negocio», García Zuazo apuesta por mejores retribuciones como aliciente para el ejercicio de una profesión donde la vocación no puede perderse de vista.
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No obstante, los buenos profesionales no serían suficiente para el cuidado de la salud a nivel social. Si no, no se explicarían las largas listas de espera que la sanidad española registra; «eutanasias virtuales» a ojos del pediatra que no dudó en proponer un incremento en la recaudación pública. «Esto se me ocurre a mí, pero no se les ocurre a los de arriba», puntualizaba.
Compartía, así, una serie de reflexiones con la audiencia que planteaba sus preguntas. Cavilaciones también plasma en unas memorias donde deja patente que su corazón, como el de tantos doctores, además de latir, también siente.
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