El Cross del Príncipe reúne a más de un millar de corredores

Desde temprano, colgadas al cuello las medallas comenzaron a hacerse visibles en la ciudad del Ebro, evidenciando, sobre todo a través de multitud de niños y niñas, que la participación había sido masiva, al menos en las categorías inferiores. Y es que el carácter popular de la competición, a menudo, atrae a numerosos escolares que no pierden la ocasión de disputarse esta carrera de gran calado en la ciudad.

No cabe duda de que, como suele ser habitual en el deporte, la prueba reina radica en la categoría senior, tanto masculina como femenina, a pesar de que sobre todo esta última no consigue arraigo entre las corredoras. Tan solo dos atletas, Marta Alonso Tubía y Nerea Apraiz Soneira, se calzaron las deportivas para competir cara a cara con los corredores de la categoría masculina.

Precisamente esta era una de las grandes novedades de la edición: en la categoría senior, pero también en la de veteranos, promesas, junior y cadetes, hombres y mujeres competirían en sendas pruebas mixtas. Carreras que, en esta ocasión, no darían lugar a equívocos en cuanto al número de vueltas realizadas por cada participante en un circuito de apenas mil metros, pues entre las novedades también destacaba la inclusión de chips en los dorsales para monitorizar la actuación de cada atleta.

Así las cosas, Alonso cruzaba la línea de meta en primera posición parando el cronómetro, tras 7 kilómetros, en los 28 minutos y 42 segundos. Apraiz, por su parte conseguía el segundo puesto con un tiempo de 35 minutos y 23 segundos. Y en lo que respecta a la carrera masculina de la categoría homóloga, de nuevo el dúo mirandés conformado por Juan Rodríguez y Carlos Jiménez volvió a disputar una carrera pareja en la que, finalmente, Jiménez le cedía a Rodríguez la victoria, fijada en un tiempo de 24 minutos y 27 segundos.

Trascendiendo las categorías más competitivas, desde los madrugadores veteranos que a las 9:15 horas inauguraban la competición, hasta los pequeños chupetines que clausuraban el evento hacia las 13:00 horas, todos y todas tuvieron cabida en una competición donde las distancias se adaptaban al esfuerzo adecuado para cada edad.

Además, como en ediciones anteriores, se reservó una prueba especial a los corredores de Aspodemi y Valikiria —ambas, asociaciones para personas con discapacidad— en la que el alumnado de sexto de primaria del CEIP Príncipe de España acompañó a los atletas en el marco de un proyecto inclusivo organizado desde la asignatura de Educación Física. Al término del sprint y al igual que en el resto de categorías, todos obtuvieron la medalla del XXXIV Cross del Príncipe.

Una competición en la que, un año más, se superó el millar de participantes y que volvió a contar con el respaldo de multitud de empresas y comercios locales que aportaron su granito de arena para que este evento tan querido en la ciudad pudiera celebrarse en las mejores condiciones. Destacaba, asimismo, la colaboración de organizaciones como Cruz Roja, que aportó personal médico y sanitario, así como la presencia del fisioterapeuta Pablo Prieto que a lo largo de toda la mañana ofreció masajes a los competidores.

Pero si algo sobresalió especialmente fue la deportividad y el espíritu festivo que imperó a lo largo de toda la jornada y que, permitió que, incluso en la categoría reina, la competición se tornara en un ejemplo de compañerismo, con esa imagen que deja la última edición del cross del Príncipe: primer y segundo clasificados arribando unidos a meta. Un año más, el patio del colegio Príncipe se erige en referencia del mejor deporte.