El ADN y las compras online estrecharon el cerco sobre el jubilado de Miranda

La Policía Nacional vigilaba a este hombre de 74 años desde el mes de enero de 2022, tras varios indicios que estrecharon el cerco sobre él. En primer lugar, los sobres de cartón dirigidos al ministerio de la Presidencia, la embajada de Estados Unidos y SatCen se encontraban matasellados en Valladolid con un código que permitió constatar que su origen era la provincia de Burgos. Y no solo eso, las características concretas de los sobres empleados condujeron a una página de venta online en cuya información solicitada destacaba Pompeyo G.P., vecino de Miranda, que había adquirido 25 unidades.

Por otro lado, los sellos empleados permitieron determinar que las dos únicas expendedurías en las que se vendían eran los estancos de la calle San Pablo y de la calle Sombrerería, ambos en la capital burgalesa.

Ya sobre la pista del jubilado de Miranda, la investigación contrastó que entre junio y julio de 2021 había adquirido en Amazon un kilo de nitrato potásico puro, cable con mecha, interruptores, filamentos de cobre y bombillas incandescentes, así como bisagras, pegatinas adhesivas y plantillas para escribir letras y números.

Del material explosivo que envió presuntamente este vecino de Miranda, la Policía Científica extrajo pruebas de ADN que confirmaban que un varón se hallaba detrás de los hechos.

La Policía estableció un dispositivo de vigilancia sobre Pompeyo G.P. el 18 de enero de 2022, lo que permitió recoger inmediatamente la basura que este había depositado en un contenedor cercano a su domicilio para poder extraer ADN del sospechoso. La Científica pudo constatar entonces que era coincidente con el material genético obtenido en los sellos y en el material explosivo. Todo apuntaba ya a este hombre de Miranda de Ebro como presunto autor del envío de las cartas.

Con estos indicios de criminalidad sobre la mesa, el juez autorizaba la entrada en el domicilio de Pompeyo G.P. este miércoles y su detención. La operación especial de la Policía Nacional en la que intervinieron los TEDAX y la unidad canina para detectar explosivos, comenzaba a primera hora de la mañana y causaba un gran revuelo en el barrio obrero de Miranda en el que reside el sospechoso.

Tras siete horas de registro exhaustivo en el pequeño piso de Pompeyo G.P., de 42 metros cuadrados, los investigadores se incautaron de 50 objetos entre los que destaca numerosa iconografía comunista y elementos como una amoladora, pero ni rastro de material explosivo.

El abogado de oficio que le asistió constata que el detenido colaboró en todo momento con la Policía y que se mostró «impasible» durante las largas horas de búsqueda de pruebas en su vivienda. Este viernes, el único sospechoso del envío de las cartas bomba, declarará en la Audiencia Nacional.