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Se acerca la Navidad y el comercio mirandés se prepara para la ocasión. A pocas semanas del inicio oficial de los festejos, ya comienzan a observarse modificaciones en los escaparates, en la iluminación y en los mensajes publicitarios del comercio local, que nuevamente afronta ... una incierta campaña navideña marcada por el escenario de inflación.
Después de dos años afectados por las restricciones asociadas a la pandemia del coronavirus, el estallido de la guerra en Ucrania y el consecuente encarecimiento de la energía no contribuyen al restablecimiento de la antigua normalidad, ya de por sí condicionada por el auge del comercio electrónico. Por todo ello, en términos generales, los comerciantes mirandeses encaran la campaña navideña con bastante cautela e incertidumbre.
«Por el momento, no estamos notando demasiado el impulso de las navidades, aunque nos queda la esperanza de que haya un repunte en las ventas en esta segunda quincena del mes de diciembre», explicaba Carlos Miguel, el vendedor de 'Musical 75 Ad Libitum'. Según explicaba, esta tienda de música está poniendo todo de su parte para cautivar al consumidor mirandés: «preparamos el escaparate navideño, hacemos las ofertas oportunas, traemos productos nuevos e incluso ponemos un buzón para que los niños echen su carta y entren en el sorteo de un ukelele». Sin embargo, lamentaba Carlos, «yo creo que hay una tendencia muy marcada hacia las compras por Internet, y supongo que la inflación también tendrá algo que ver».
Luis Fernández de Gamboa suscribía el desasosiego que, de algún tiempo a esta parte, aqueja al comercio local. Nueva generación de Gamboa, la tienda de ultramarinos que en 1950 levantó su persiana en Miranda por primera vez, Fernández de Gamboa señalaba el declive de ventas que ha experimentado el negocio desde la eclosión de la crisis financiera de 2008. «Aunque afortunadamente en Navidad tenemos más clientes que además hacen un gasto mayor en productos más selectos, durante el año nos mantenemos gracias a la clientela de toda la vida», confesaba.
Tampoco se mostraba demasiado halagüeño el sector juguetero de la ciudad. A pesar de que la Navidad constituye la temporada alta en lo que a la venta de juguetes respecta, Anaís, una de las dependientas de 'Juguettos', igualmente señalaba que «todavía no se observa demasiado movimiento». Algo más optimista se mostraba Sara Rojas, la agente de viajes de 'Miranda Tours' que celebraba que, tras dos años «muy malos para el sector de los viajes» y «aunque el invierno no es nuestra mejor temporada, vemos que cada vez más gente se anima a viajar en Navidad».
Tal vez el encierro y las restricciones de los años previos han sido los factores responsables de las «ganas de salir y de celebrar» a las que apelaba Beatriz Sansegundo, del 'Bocca Restaurante & Bar'. No en vano, el sector hostelero comienza a recuperar las cifras pre-pandémicas en las que, a priori, se erigen en las primeras navidades que recuperan la normalidad después de dos años de coronavirus y restricciones.
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Yolanda Fernández Blanco
Tanto Rojas como Pepe Rey, propietario del bar 'La Corrala' y presidente de la Asociación de Hostelería Altamira, coinciden en que «las reservas están aumentando, posiblemente motivadas por las cenas de empresa y los reencuentros familiares», pero las dificultades económicas por las que atraviesa buena parte de la población también se hacen notar en la hostelería. «Entre semana la gente sale la mitad de lo que salía antes y, en cambio, la factura de la luz es tres veces más cara que hace un año», apostillaba Rey. Además, este año se suma el hecho de que tanto Nochebuena como Nochevieja han recaído en sábado «y entonces perdemos dos días fuertes de trabajo», agregaba.
Entre tanta incertidumbre, Fátima y Beatriz Gutiérrez de Rozas han dado con «la tecla adecuada» gracias a un negocio que les reporta sustento y que, además, como reza la campaña de concienciación de ACECCA —la Asociación de Comercio de Miranda de Ebro—, da vida a una de las calles de la ciudad.
Asentadas en República Argentina, 75, estas dos hermanas emprendedoras han fundado un negocio que no entiende de temporadas «porque en cualquier momento del año puede nacer un niño». En efecto, han creado una marca de ropa de bebé, 'So Cute Handmade', que primero logró cautivar al público digital y, después, a la clientela local.
Aunque sí esperan un pequeño «repunte» de cara a la Navidad, «hemos conseguido crear un sello distintivo, 'so cute', que es lo que atrae a nuestra clientela». Sea como fuere, desde las madres mirandesas a las más influyentes madres del panorama nacional e internacional —Ana Peleteiro, María Pombo, Hiba Abouk o Laura Escanes, entre otras— han quedado cautivadas por los diseños de las hermanas mirandesas.
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