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El Multifuncional de Bayas se plantea como escenario principal del Ebrovisión. Laura Oviedo
La celebración del Ebrovisión 2020, pendiente de un hilo por la covid-19

La celebración del Ebrovisión 2020, pendiente de un hilo por la covid-19

Los organizadores del festival insisten en que, de no poder hacerse con las condiciones habituales, «no habrá alternativas» y la celebración de la vigésima edición se pospondrá hasta 2021

Martes, 2 de junio 2020, 08:34

No tiene buena pinta, la verdad, pero la decisión aún no está tomada. Al menos, a día de hoy. Y es que, es más que posible que dicha decisión se tome esta misma semana. La celebración de Ebrovisión 2020 pende de un hilo por culpa ... de la pandemia de la covid-19, que ya se ha llevado por delante la práctica totalidad de los festivales de música del país y amenaza seriamente con obligar a la suspensión de la vigésima edición de la cita mirandesa.

Una edición que, tal y como explica Ramiro Molinero, presidente de la asociación Amigos de Rafael Izquierdo, se estaba planificando con mucho mimo. Veinte años no se cumplen todos los días y había que celebrarlo. En virtud de ese planteamiento, los organizadores decidieron el año pasado dar una vuelta de tuerca y organizar el festival sin anunciar el cartel participante ni dar apenas detalles. «Estábamos trabajando en varias sorpresas» y, una vez más, la venta anticipada estaba siendo un rotundo éxito, con cerca del 90% de los abonos ya vendidos.

Pero entonces llegó la pandemia. Y con ella cancelaciones de eventos masivos. Ebrovisión, uno de los últimos festivales musicales del calendario estival, ha podido postergar la decisión, pero ya no hay mucho más margen y habrá que decantarse por el sí o por el no. Eso sí, Molinero es tajante: «No habrá aplazamiento para otras fechas este año» ni se han planteado «alternativas». Esto es, que si el festival no puede celebrarse con garantías y bajo el mismo guión planteado meses atrás, la vigésima edición de la cita se celebrará en 2021.

En este sentido, la asociación está «trabajando en todos los escenarios posibles», incluidos los más complicados, que obligarían a tomar una «decisión que nadie quiere tomar», pero que sería obligada a raíz de la situación. «Tiene que primar la seguridad. Es nuestra responsabilidad», zanja Molinero.

Así, en caso de que se deba suspender la edición de este año, la asociación asume que tendrá que devolver abonos, aunque intentará retener al máximo número de asistentes posible de cara al 2021. Esa es una de las grandezas del festival, de hecho, ya que los abonos vuelan cada año con muchos meses de antelación aunque no se sepa apenas ningún detalle. «Tenemos un público muy fiel», subrayan desde la organización.

Esa circunstancia, no obstante, acarreará «pérdidas», ya que «había muchas cosas cerradas» y habrá que asumir el coste. Eso sí, «la gente está siendo muy comprensiva» y en las últimas semanas ha habido muestras de apoyo de todo tipo. «El Ayuntamiento ya nos ha dicho que va a estar ahí, por lo que estamos tranquilos», reconoce Molinero, quien, eso sí, no esconde su decepción ante la posibilidad tangible de tener que suspender la celebración del festival.

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