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La situación en el Hospital Santiago Apóstol sigue siendo complicada. El brote declarado a finales de noviembre afecta ya a 60 personas, entre profesionales y pacientes, con casos detectados en las plantas Q1 y Q2, que no son las destinadas a acoger pacientes positivos de ... covid-19. En concreto, son las plantas quirúrgica, oncológica y de Medicina Interna, recuerda el sindicato de enfermería SATSE, quien denuncia que la elevada presión asistencial está sobrecargando a los profesionales, llegando incluso a verse privados de los descansos para asumir el trabajo.
SATSE explica que son 46 los profesionales de baja, de los cuales 25 son enfermeras, «una cifra muy elevada para las dimensiones y plantilla de este centro hospitalario». La baja de las compañeras obligan al resto de la plantilla a asumir una «enorme presión asistencial» y, para ello, se anulan sus descansos. «Si salen de un turno rotatorio en el que han hecho dos mañanas, dos tardes y dos noches, cuando salen de esa última noche ya tienen una llamada telefónica para incorporarse al trabajo al día siguiente«, denuncia el sindicato.
SATSE Burgos recuerda que estos descansos son más necesarios que nunca para estas profesionales, que vienen de una primera ola de la pandemia en la que han estado al límite y en la que han realizado un sobreesfuerzo enorme para garantizar la asistencia en unas condiciones muy duras, y que están en una segunda ola con dos brotes en el hospital y con muchas compañeras y compañeros de baja, lo que les ha llevado a estar al 200% de trabajo.
En estos momentos, en el Hospital Santiago Apóstol hay 33 personas con covid ingresadas, una cifra elevada y próxima a los 37 ingresos que llegaron a tener a finales de septiembre, el peor dato de la pandemia. En el último día se han registrado dos hospitalizaciones y la evolución epidemiológica de Miranda preocupa a Sanidad. La incidencia acumulada a catorce días es de 411 casos por 100.000 habitantes, en aumento, lo mismo que la incidencia a siete días, que se eleva a 250 casos.
SATSE admite que «la previsión de ingresos es muy grande», sobre todo si se produce una tercera ola, y teme que esto impacte aún más en la asistencia y en su carga de trabajo. Por ello, SATSE Burgos pide que se tomen medidas antes de que la situación se agrave, todavía más. «Las enfermeras y enfermeros del hospital mirandés están muy agotados, han pasado por situaciones durísimas desde marzo, que les han sometido a un tremendo estrés que está haciendo mella en su salud», alerta SATSE.
Asimismo, SATSE Burgos exige que los profesionales sanitarios dispongan de mascarillas con un nivel de protección adecuado (mascarillas FFp2 y, en su caso, FFp3) en base a la evidencia científica que ha indicado que la Covid-19 se transmite también por aerosoles.
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