Micocyl estima una producción micológica «baja» para este otoño en Burgos

El portavoz de la asociación Micológica Burgalesa Gatuña, Javier Carlón, apunta en la misma línea y asegura que «es difícil saber como va a resultar la temporada» ante esta climatología que cada año retrasa más la llegada del tiempo otoñal y, por ende, de las lluvias tan necesarias para el crecimiento de setas y hongos.

La provincia burgalesa cuenta con una gran diversidad de lugares de recogida micológica, aunque son cuatro las grandes zonas de espacios acotados -regulados- por la Junta de Castilla y León. Así, Burgos cuenta con localizaciones reguladas en las comarcas de Montes de Oca, Sierra de la Demanda, Las Merindades y Valle de Mena. En todas ellas, la previsión de recolección es nivel amarillo (baja).

Al este de la provincia, Montes de Oca es una de las zonas de Burgos recomendadas para los buscadores de setas. Los parajes que acompañan al río Tirón destacan -además de por su belleza- por ser una prolífica zona micológica. Muchas localidades de la zona como Espinosa del Camino, Fresneda de la Sierra Tirón, Pradoluengo, San Vicente del Valle, Redecilla del Camino o Valmala entre otros forman parte de ella.

Esta comarca cuenta con gran variedad de setas en sus terrenos. Algunas de las más populares son el hongo blanco, el níscalo, las llánegas, el hongo rojo, la seta de cardo, las senderillas, el marzuelo o las colmenillas.

En la zona oriental y lindando con la vecina comunidad de La Rioja, el entorno de la Sierra de la Demanda (Sierra de la Demanda – San Millán) es ideal para la búsqueda de estos frutos de la tierra. La comarca cuenta con diversos espacios naturales protegidos que invitan al paseo en la naturaleza y también a la recogida de setas.

El pico de San Millán, con más de 2.130 metros de altitud, corona esta zona repleta de elevaciones en la que abundan el hongo de verano, el rojo, las senderillas, la seta de cardo o el marzuelo, entre otras variedades.

Al norte de Burgos, los bosques de Las Merindades esconden hongos y setas en abundancia, sobre todo en la zona de la cuenca del río Ebro y el entorno de la Cordillera Cantábrica. Sus lagunas, embalses y ríos -Trueba, Nela, Jerea y Cadagua- arropan el paso entre los distintos pueblos que conforma esta zona de recogida como Alfoz de Bricia, Arija, Espinosa de los Monteros, Sotoscuevas, Valdeporres o Merindad de Montija. Los apreciados boletus, el hongo blanco, el níscalo o la senderilla son algunas de las setas habituales en esta localización.

También en la parte septentrional de Burgos, el Valle de Mena recoge multitud de diversidad micológica al pie de sus árboles y caminos. El Cadagua, los Montes de La Peña, el Pantano de Ordunte o la sierra homónima son la mezcla perfecta para una escapada en la naturaleza para la recogida de setas y hongos.

Angulo, Ayega, Menamayor, Tarango o Vivanco son algunas de las muchas poblaciones que salpican este territorio donde reinan el perretxico, el hongo rojo, el níscalo, la capuchina, el rebozuelo o la oronja entre las múltiples variantes micológicas que se pueden encontrar.